Arturo de Córdova

El primer actor mexicano Arturo de Córdova, nació como Arturo García Rodríguez el 8 de mayo de 1905 en Mérida, México.
Desde muy joven, con sólo 11 años de edad se mudó para Argentina, permaneciendo en este país hasta que cumplió los 20. Fue durante estos años en donde adquirió su acento tan distintivo y muy propio de él.

Cuando regresó a su ciudad natal, no le costó mucho conseguir trabajo como locutor de radio en la conocida XEW, desempeñándose como tal hasta que se instaló en la ciudad de México.
En los años 30, cuando recién comenzaba a hacer una carrera artística, se le vinculó sentimentalmente con la actriz Lupe Vélez, cuando ambos trabajaron en el rodaje de La Zandunga, en 1938.
Sería en el año 1943, que Arturo da inicio a su carrera como actor, participando en la película Por quién doblan las campanas, film que se rodó en Hollywood.

Nuevamente en México, el actor continuaría con su exitosa carrera y aparece en producciones como Dios se lo pague, luego actua  En la palma de tu mano y El rebozo de soledad, ambas dirigidas por Roberto Gavaldón.
Por su actuación en “En la palma de tu mano”, Arturo recibió su primer premio Ariel.
Otras películas en las que participó con una excelente actuación han sido El dirigida por Luis Bunuel, El esqueleto de la señora Morales y El gánster. Arturo de Córdova, poseedor de una voz profunda, llena de distintos matices y con un acento ligeramente argentino,  citó en varias de sus películas la frase “Eso no tiene la menor importancia”, siendo muy recordado por la misma.

Arturo tuvo un romance con la actriz argentina radicada en México Marga López, con quien trabajó en su última película El Profey con quien vivió hasta el día de su muerte.
Se especuló en el pasado, que el actor sostuviera una relación homosexual con Ramón Gay, quien murió asesinado frente a la actriz Evangelina Elizondo.

Arturo de Córdova falleció en los brazos de su amada Marga López, con quien nunca se casó, debido a que su esposa jamás le cedió el divorcio. Según la misma actriz, Arturo habría sido el gran amor de su vida, con quien compartió su casa, su trabajo, sus foros y un gran amor. Para López los tres primeros años al lado de Arturo estuvieron llenos de dicha y felicidad, pero los siguientes seis, ambos fueron víctimas de la enfermedad que se lo arrebató.
Arturo de Córdova dejó de existir el 3 de noviembre de 1973 a la edad de 68 años.