Muy poco se conoce sobre los actores que lideran el mundo del
cine mudo, entre ellos podemos citar a
Hans Albers, un simpático Alemán que nació en la ciudad de Hamburgo un
12 de setiembre del año 1892, un hombre que con tan sólo veinte años de edad logró ingresar al cine mudo y ser considerado uno de los actores más prolíferos de su tiempo.
Hans Albers inició su carrera actoral como muchos en esa época que hacían pininos en el circo, en el
music hall y en la opereta. Una vez que destacó en estos tres escenarios se abrió paso al cine y se convirtió en poco tiempo en uno de los rostros más conocidos de Alemania y fue llamado para trabajar en un sin nùmero de producciones, entre las que destacan películas como:
Halbseide dirigida por
Richard Oswald rodada en el año 1925, otra de las producciones que fue considerada como la mejor de la época fue
Der Pinz und die Tänzerin en el año 1926 y que estuvo dirigida por
Richard Eichberg.
Ya por el año de 1929 trabajó en
Asfalto de
Joe May, una historia basada en la realidad tanto política, cultural y social del momento. Para los años treinta trabajó en
El Ángell Azul, una producción del destacado director
Josef von Sternberg. También se le ha relacionado mucho con el director
Gustavo Ucicky, un australiano que destacó por sus infinitas producciones cinematográficas como Fugitivos en el año 1933,
Una nueva familia en 1929 y
Unter heissem Himmel , 1934.
Ya para los años cuarenta Hans Albers trabajó en una de las películas más sorprendentes de la época, llamada
Las aventuras del barón Münchhausen en la que domina el gran espectáculo en donde Hans Albers es arrojado por los aires desde un cañon, esta imagen quedó plasmada por muchos años como la magia del cine, por esto fue también un actor que hasta hoy lo recuerdan como un ícono del cine mudo. Esta película fue una producción de
Josef von Baky, quien tuvo que lidear con los problemas que trajo la segunda guerra mundial, pero esta película ha sido considerada uno de los mejores aciertos cinematográficos de Alemania.
Siguió trabajando en diversas producciones, pero ya con el cine hablado su peculiaridad fue bajando y cada vez lo llamaban menos. Trabajó en algunas producciones habladas pero ninguna de gran trascendencia. Hans Albers murió joven de tan sólo 63 años en la ciudad de Kempfenhausen en el año 1960, un 24 de julio.