James Dean

James Dean nació en Marion, Estados Unidos, el día 8 de febrero de 1931. Su infancia no fue feliz, ya que su madre murió cuando él contaba tan sólo 9 años y su padre, viéndose incapaz de educarlo solo, lo mandó a vivir con unos tíos que tenían una granja. Allí permaneció hasta pasada su adolescencia.

Desde muy pequeño tuvo una gran afición por el teatro. Participaba en todas las obras que se representaban en su escuela y, ya de mayor, cuando se matriculó en la Universidad de California se incorporó al grupo de teatro de la misma. Al mismo tiempo, interpretó algún pequeño papel tanto en cine como en televisión, rodando también un anuncio de Pepsi-Cola que fue muy famoso en Estados Unidos.

Terminados sus estudios en California se marchó a Nueva York e ingresó en el Actor’s Estudios, teniendo muy claro que deseaba estudiar interpretación.

Siguió interviniendo en pequeños papeles hasta que le llegó su oportunidad de protagonizar un largometraje. Ésta le vino de la mano del prestigioso Elia Kazan y la película fue “Al Este del Edén”, en la que daba vida a un joven huraño, enfadado con el mundo, papel que iba muy acorde con su carácter. La película fue un éxito y, a pesar de ser la primera que protagonizaba, le consagró como actor.

Su segunda película, que interpretó junto a Natalie Wood, fue “Rebelde sin causa", donde protagonizaba a un personaje solitario e inadaptado, muy parecido al de su anterior cinta.

Posteriormente rodó la que iba a ser su última película, “Gigante”, junto a Rock Hudson y Elizabeth Taylor. Durante el rodaje entabló una gran amistad con dicha actriz. Aquí el personaje que interpretaba era algo diferente pero tenía también muchos rasgos de sus anteriores protagonistas e incluso de sí mismo.

Era de sobras conocida la afición que el joven sentía hacia los coches y la velocidad. Fue sancionado en varias ocasiones por exceder los límites de velocidad permitidos. Incluso llegó al extremo de que para rodar sus dos últimas películas le incluyeron una cláusula en el contrato en la que se comprometía a no correr mientras durase el rodaje.

Al cabo de un par de días de rodar un anuncio donde aconsejaba a los jóvenes conducir a una velocidad moderada, James Dean sufrió un accidente, chocando en un cruce con otro coche, lo que le provocó la muerte. Fue en la localidad de Cholame, en California. Se comenta que ese día el joven realmente no corría y que la culpa fue del otro automóvil.

Pero fuera de quien fuera la culpa, lo cierto es que aquel 30 de septiembre de 1955, en aquel funesto cruce, James Dean dejó la vida con sólo 24 años, poniendo además fin a una prometedora carrera cinematográfica. Sin embargo, en este mismo cruce, nacía aquel día la leyenda.

Efectivamente, a pesar de haber interpretado solamente 3 películas y aunque su vida fue tan corta, James Dean se convirtió en el ídolo de la juventud de su época. Y con su prematura muerte pasó a ser un mito, una leyenda que perdurará ya para siempre en la historia del cine.