Jill Oppenheim nació en Los Ángeles, California, el
9 de agosto de 1940. Desde muy pequeña supo destacar en el teatro y en la radio, siempre impulsada por su madre quien no dudó en convertirla en artista del espectáculo de su país.
Fueron muchas sus producciones en el teatro y en la radio, obteniendo mucho éxito en lo último con la serie
One Man’s family.
Con cierta experiencia y con una carrera con un gran futuro, Jill decide cambiar su apellido por uno más anglosajón, eligiendo el de St. John.
Pero fue su madre una mujer muy protectora y ambiciosa que no se detenía ante nada con tal de hacer que su hija se convierta en estrella de Hollywood. Si no le gustaba algo de la cara de Jill, no dudaba en cambiarlo, y siendo aún una adolescente la sometió a una cirugía estética para cambiar la forma de su nariz y moldear el bello rostro de la muchacha.
Jill era una bella mujer y tenía una figura perfecta que le sirvieron de mucho para realizar sus primeras intervenciones en el mundo del cine. Sus comienzos en el cine, la hicieron abandonar la universidad a pesar de haber demostrado tener un altísimo índice de coeficiente intelectual.
A pesar de ser una mujer bella y con muchos atributos físicos, Jill fue encasillada en varias de sus presentaciones sólo para atraer al público masculino, ya que sus personajes eran considerados apoyos visuales de los protagonistas.
Su primera película en el cine fue
Summer Love de 1958, comedia musical que le sirvió de base para que se interese en el género y decida especializarse en él, haciendo comedias desde fines de los años 50 y toda la década siguiente.
Las más recordadas son
Vacaciones para enamorados, Gallardo y Calavera, Lío en los grandes almacenes, Who’s been sleeping in my bed?, el hotel de la luna de miel y Ocho en fuga.
En lo que se refiere a los protagonistas que compartieron créditos con Jill se encuentran
Frank Sinatra,
Dean Martin,
Jerry Lewisy
Bob Hope.
De 1960 es recordado el film
El mundo perdido, y de un año después
La primavera romana de la señora Stone del director José Quintero.
Suave es la noche y
El Liquidador son otros de los títulos que muestran a Jill en todo su esplendor.
En 1966 actuó en El Oscar y más adelante aparece en
Banning de Ron Winston. Posteriormente tuvo un papel en
Hampa Dorada, una película de intriga criminal, estelarizada por
Frank Sinatra.
La televisión fue un medio que la conquistó rápidamente y multiplicó sus apariciones, dejando de lado sus apariciones en el cine. Pero, a pesar de haberse alejado de la gran pantalla, St. John reaparece en los años 70 en una de las producciones más famosas que ha hecho titulada
Diamantes para la eternidad, film de
James Bond que le permitió seguir luciendo su espléndida silueta.
En 1967 contrajo nupcias con el cantante
Jack Jones de quien se divorció solo dos años después. En 1991 volvió a casarse con el actor
Robert Wagner, con quien aún permanece casada. Pero Jill tuvo muchos romances con famosos, muy al margen de sus matrimonios, siendo uno de los más recordados el que tuvo con el político
Henry Kissinger.
Sus más recientes proyectos han sido escribir y publicar libros de cocina y ser una de las más asiduas figuras invitadas en distintos programas de la televisión estadounidense.