Vincenzo Gioacchino Raffaele Luigi Pecci nace el 2 de marzo de
1810 en el
Carpinteto Romano, Estados Pontificios, hijo de una familia humilde, comenzó sus estudios a la edad de ocho años en una escuela jesuita en Viterbo y después en el Colegio Romano. Aficionado a escribir poesía en latín y doctorándose en
Teología, empleó sus últimos años de estudiante para aprender derecho civil y canónico en la Academia de Nobles, siendo finalmente ordenado sacerdote en 1837.
Al poco tiempo pasó al servicio del
papa Gregorio XVI, encargándose de tareas diplomáticas en ciudades como Benevento, Perugia y Spoleto y pasando después a ejercer la misma tarea en países como Alemania, Francia e Inglaterra. En 1846 es nombrado obispo de
Perugia, reorganiza las actividades pastorales y restaura la catedral y el seminario en pro de sus estudiantes y visitantes. Obtuvo grandes logros y fue ascendido al cardenalato el año 1853.
A partir de entonces estuvo veinticinco años dedicándose a dirigir su diócesis y al pensamiento, mostrándose firme ante las autoridades civiles que ponían trabas a la iglesia, publicando varios documentos pastorales que apaciguaron el tono confrontador imperante en aquella época. El 1877 fue nombrado
cardenal-camerlengo una vez muerto Antonelli. Aquel cargo era el penúltimo escalón para llegar a ser Papa y pocos días más tarde consiguió el titulo y la responsabilidad como tal adoptando el nombre de León XIII en honor a
León XII.
Su largo pontificado supuso estrechar lazos entre la Iglesia y las realidades del mundo actual en su tiempo. Condenó el socialismo y afirmó que las desigualdades del hombre y las clases sociales eran aspectos inamovibles de la condición humana. Extendió bendiciones durante la Guerra del Pacífico y preconizó el fin del cotejo entre la
Iglesia francesa y la
Tercera República. Fue también mediador en la disputa entre España y Alemania por la tenencia de las Islas Carolinas en el Pacífico e intentó convocar una conferencia de paz entre todos los países de
Europa.
Realizó numerosas acciones conciliadoras y pacificadoras e impulsó el acercamiento de la
Comunión Anglicana, el rezo del
Santo Rosario e impulsó las acciones misioneras en África. Nombró a 147 cardenales en 27 consistorios cristianos.
Murió a la edad de 93 años en
Roma, concretamente el 20 de julio de 1903.