Montgomery Clift

Montgomery Clift nació el día 17 de octubre de 1920 en Nebraska, en el seno de una familia de clase alta, en la que el padre era banquero.

Parece que Monty, como era llamado por todos, tuvo muy clara desde pequeño su vocación, ya que con sólo 13 años empezó a actuar en diversas obras de Broadway, donde estuvo trabajando durante más de diez años, marchándose luego a Hollywood.

Su oportunidad le llegó en 1948, cuando se le ofreció un papel en la película “Río Rojo”, cuyo protagonista era John Wayne. El ascenso al estrellato del actor fue de una facilidad asombrosa. A partir de este debut empezó a rodar películas y se convirtió en un ídolo de la pantalla, cambiando incluso el modelo que en Hollywood se tenía de lo que debía ser un actor. Si hasta ahora lo que se buscaba era un hombre duro, a partir de Clift se puso de moda el hombre sensible y con emociones.

Monty rodó una gran cantidad de películas que han pasado a ser clásicos hoy en día, títulos como “Yo confieso” o “La heredera”. Y también se permitió el lujo de rechazar papeles en películas de la categoría de “El crepúsculo de los dioses” y “Al este del Edén”.

En el año 1956, mientras rodaba la película “El árbol de la vida”, Clift sufrió un brutal accidente de coche que le destrozó la cara, teniendo que someterse a una cirugía estética. Era conocida por todos la adicción del actor a las drogas y al alcohol, que se agudizó después del accidente, minando su salud poco a poco. Alguien denominó su autodestrucción como el "suicidio más largo vivido en Hollywood".

A pesar de que después de su accidente aún rodó algunas películas, tuvo muchos problemas, siendo incluso denunciado por la Universal por incumplimiento de contrato, ya que su adicción hacía que no se presentara a los rodajes.

Montgomery Clift muríó el día 23 de julio de 1966 en Nueva York, con tan sólo 45 años.

Consiguió ser nominado 4 veces a los Óscar, tres de ellas como mejor actor principal, con las películas “De aquí a la eternidad”, “Un lugar en el sol” y “Los ángeles perdidos”. En la cuarta fue como mejor actor secundario, por su participación en el largometraje “El juicio de Nuremberg”.

Aparte de los títulos ya mencionados, de entre su extensa filmografía podemos citar algunos de sus éxitos, como “Sitiados”, “Estación Termini”, “El baile de los malditos”, “Río salvaje”, “Vidas rebeldes”, “¿Vencedores o vencidos?”, “Freud, pasión secreta” o “El desertor”, su último título y que rodó en 1966.