Días atrás y tras su sorpresiva muerte, se supo que
Robin Williams se encontraba en las primeras fases del
Mal de Parkinson, lo que supuso una gran sorpresa para su amigo
Michael J. Fox, quien fue diagnosticado con la misma en 1991.
“
Estoy muy sorprendido tras haberme enterado de que Robin tenía Parkinson. Estoy convencido de que todo el apoyo que ofreció a nuestra Fundación precedió a su propio diagnóstico. Era un verdadero amigo, espero que encuentre la paz”, escribió el actor de Volver al Futuro en su perfil de Twitter en relación a las veces que Williams colaboró con su fundación, que se dedica a investigar dicha enfermedad.
Recordemos que fue la esposa de Robin,
Susan Schneider, quien reveló el pasado jueves que el ganador del Oscar había sido diagnosticado con la enfermedad, aunque no fue ella la causa del suicidio del actor, sino su larga batalla contra la adicción al alcohol. Sin embargo, a pesar de ello, esto no impidió a Williams ayudar a otros amigos que padecían la misma adicción, como el caso del humorista
Jamie Kilstein, quien contó a
US Weekly: “
Cada vez que yo tenía problemas con mi adicción, o cuando me sentía deprimido, o se me pasaba por la cabeza la idea de tirar la toalla, Robin siempre estaba ahí para calmarme por teléfono. Solía quedarme sentado en mi oficina mientras Robin me ayudaba a superar esa crisis. Me ayudó en mis momentos más oscuros”, y como si esto fuera poco, contó que la ayuda del actor no solo pasaba por el apoyo moral, sino que hasta llegó a hacerse cargo de las finanzas de Kilstein cuando sus deudas lo sobrepasaron: “
Mi programa de radio atravesaba un momento difícil, hasta el punto de tener casi que dejarlo porque nos iban a echar. Robin se enteró a través de un amigo común y me llamó para preguntarme sencillamente: ‘¿Qué es lo que necesitas?’. Se ocupó de completar mi salario hasta que me recuperé. Después, en el equipo solíamos bromear diciendo que no tendríamos anunciantes, pero teníamos a Robin Williams“, concluyó.