El "
Purpose World Tour" llegó a Manchester con el habitual grupo de entusiastas seguidores por la presencia de su ídolo
Justin Bieber. El concierto comenzó acompañado por el estruendo habitual de gritos y fans femeninas en éxtasis, pero a diferencia de lo acostumbrado, el cantante canadiense no correspondió con guiños de ojos y miradas cómplices a la multitud, de hecho, de repente, furioso por el lanzamiento de objetos, arrojó el micrófono y abandonó el escenario.
La estrella canadiense estaba anunciando la pieza
Purpose, hablando de la génesis del texto (una reflexión sobre el mundo actual, la condición de los jóvenes en busca de su propósito en la vida) cuando fue interrumpido por un sombrero que aterrizó en el escenario. Molesto por la interrupción arrojó el micrófono y empezó a despotricar contra los fans diciendo: "
Si se toman un momento para escuchar en lugar de tratar de tirar un sombrero o cualquier otra cosa sería mejor. Probablemente no quiero esto".
Cansado de la idolatría sin sentido que lo acompaña, Justin se puso furioso contra los pobres fans, acusándolos de falta de respeto y poca profundidad dado que en un momento tan íntimo y de especial comunión, sólo piensan en lanzarle objetos por puro placer hedonista.