George Stevens

El joven George hizo su debut como actor con sus padres cuando tenía 5 años. En 1922 tomaron la decisión de abandonar la actuación en vivo y mudar a la familia al sur, a Glendale, California, para buscar trabajo en la floreciente industria del cine. Ambos padres obtuvieron un empleo regular en roles sin importancia, lo que tuvo el efecto de acortar la educación formal del joven George, ya que tuvo que abandonar la escuela secundaria para actuar como chófer de su padre. Durante este período, Stevens llenó los vacíos en su educación formal estudiando literatura, teatro y cine.

Ingresó en el mundo del cine en 1922 como asistente de camarógrafo en los estudios Hal Roach. El arte de desarrollar tramas visualmente todavía se estaba desarrollando y Stevens aprendió su oficio a fondo, trabajando en cortometrajes que incluyeron muchos westerns de bajo presupuesto y pronto desarrolló una reputación como camarógrafo de primer nivel. Lo que se convirtió en una de sus marcas registradas, la aparición del personaje a través de pequeños detalles y comportamiento, comenzó a desarrollarse en este momento, principalmente en algunas de las comedias clásicas de Stan Laurel y Oliver Hardy, como Two Tars en 1928 y Below Zero y Night Owls en 1930, donde la interacción entre los dos personajes era tan importante. Stevens también fue camarógrafo para largometrajes, como el western No Man's Law 1927.

Comenzó su carrera como director en 1930 con Ladies Last, un spin off de la serie Our Gang; luego, en 1933, comenzó a trabajar primero en Universal y luego en RKO como director de cortometrajes de comedia.

Su primer largometraje fue la comedia The Cohens and Kellys in Trouble en 1933 y después de hacer varios cortos cómicos como Strictly Fresh Yeggs en 1934, obtuvo su gran oportunidad en 1935 cuando fue elegido en contra de los deseos de la diva Katharine Hepburn, para dirigir Alice Adams. La película contó hábilmente la historia de las aspiraciones sociales de una niña en una pequeña ciudad de 1920 en los Estados Unidos y fue un gran éxito de taquilla, obteniendo nominaciones a la Mejor Película y a la Mejor Actriz. Katharine Hepburn cambió su opinión por completo sobre Stevens y lo seleccionó para dirigir su siguiente gran película, Quality Street en 1936.

Stevens se había hecho un nombre rápidamente como un director consumado y siguió con una larga serie de exitosas películas que comenzaron con el clásico de Fred Astaire y Ginger Rogers, Swing Time en 1936, al que siguieron en una rápida sucesión A Damsel in Distress en 1937 y Vivacious Lady en 1938. Continuó con otro clásico, Gunga Din en 1939, luego Woman of the Year y Talk of the Town en 1942 y The More the Merrier al año siguiente.

Desde el comienzo de su carrera como director, Stevens mostró una atención meticulosa a los detalles y se hizo famoso por repetir constantemente las escenas hasta que estuvo satisfecho. Filmaría escenas desde todos los ángulos posibles y debido a esto a menudo sobrepasaba los horarios de rodaje y sus presupuestos se disparaban.

Stevens continuó haciendo películas durante la Segunda Guerra Mundial. Se unió al Cuerpo de Señales del Ejército y dirigió su propia unidad de cine haciendo películas para el general Dwight D. Eisenhower, grabando imágenes dramáticas como los desembarcos del Día D, la liberación del campo de concentración nazi en Dachau y la liberación de París. Ayudó con el material filmado utilizado durante los juicios de Nuremberg y en 2008, la Biblioteca del Congreso ingresó su metraje en el Registro Nacional de Películas de los Estados Unidos como un "registro visual esencial" de la guerra. Stevens fue galardonado con la Legión del Mérito por su contribución en tiempos de guerra.

Las experiencias de guerra de Stevens y los horrores que vio se reflejan en un lado más oscuro y serio de sus películas de posguerra. A Place in the Sun en 1951 protagonizada por Elizabeth Taylor y Montgomery Clift mostró su versión de la sombría novela de realismo social de Theodore Dreiser. Su siguiente película, Shane, se ha convertido en un clásico western. Es la historia de un pistolero solitario, interpretado por Alan Ladd, un extraño, incluso cuando defiende a los campesinos contra un capitalista sin escrúpulos. Continuó en 1956 con Giant, protagonizada por James Dean y Elizabeth Taylor, otro clásico del cine, una epopeya de 3 horas que aborda directamente el tema de la raza, y que le valió a Stevens el Oscar al Mejor Director.

Los métodos de trabajo cada vez más meticulosos de Stevens se tradujeron en menos películas. En 1959 dirigió The Diary of Anne Frank, que fue la primera película de Hollywood que trató sobre el Holocausto. Luego hubo una brecha de 6 años antes de The Greatest Story Ever Told en 1965. Esta versión épica de los Evangelios fue demasiado lenta y reverencial, y su reputación se deterioró. Terminó su carrera como director en 1970 con otro fracaso comercial decepcionante con The Only Game in Town protagonizada por Warren Beatty y Elizabeth Taylor.

En su vida personal, Stevens se casó dos veces, primero en 1930 con Yvonne Howell, quien era hija de la actriz de cine mudo Alice Howell. La pareja tuvo un hijo, George Jr., quien se convirtió en un respetado cineasta y fue el primer CEO y director del American Film Institute. Stevens e Yvonne se divorciaron en 1947 y se volvió a casar unos 20 años después, en 1968, con Joan McTavish, con quien permaneció hasta su muerte.

George Stevens murió de un ataque al corazón el 8 de marzo de 1975, en su casa en Lancaster, California. Tenía 70 años. Su cuerpo fue enterrado en Forest Lawn, Los Ángeles.