Juan Manuel de Rosas

El día 30 de marzo del año 1793, nació en la ciudad de Buenos Aires, en Argentina, Juan Manuel José Domingo Ortiz de Rozas y López de Osornio, conocido como Juan Manuel de Rosas.

Fue hijo de León Ortiz de Rozas y Agustina López de Osornio. A los 8 años de edad, Juan Manuel comenzaría a realizar sus primeros pasos en su educación, entrando en un colegio privado.

Un tiempo más tarde,  salió del colegio para realizar trabajos rurales, actividad que le gustaba particularmente.

A los 13 años, participa en la Reconquista de Buenos Aires.

Un año después, y habiéndose enrolado en la compañía ”los Migueletes”, participa en la defensa de Buenos Aires luchando contra las tropas inglesas.

En el año 1813, se casa con Encarnación Ezcurra, matrimonio del cual nacieron 3 hijos, Juan, Manuela y María, aunque esta última nació muerta.

Un tiempo después, Juan Manuel cambia sus apellidos, de Ortiz de Rozas a Rosas, debido a unas diferencias de pareceres que tuvo con sus padres.

Unos años más tarde crea una sociedad con Luís Dorrego, con el que monta un Saladero de carne, un negocio muy próspero para la nueva nación que se acababa de constituir.

Sobre la década de los años 20 del siglo XIX, conoce a Manuel Vicente Maza, con el que entabla una gran amistad.

Rosas comienza sus actividades políticas en esta misma década, contribuyendo en distintas batallas al mismo tiempo. En esta época es cuando Rosas comienza a forjar un gran patrimonio consiguiendo diversas tierras.

Consigue ser nombrado comandante por su participación en la guerra de Brasil, nombramiento realizado por el presidente Rivadavia. Un poco más tarde, y durante esta misma guerra, el gobernador Manuel Dorrego es presionado para firmar la paz y la independencia de Uruguay, y, posteriormente, el general Juan Lavalle derroca a Dorrego, autoproclamándose gobernador y, al mismo tiempo, disolviendo la legislatura.

Rosas reúne a una serie de milicianos que, junto a Dorrego, intentan  combatir contra el nuevo gobernador, pero éste trunca estos planes derrotándoles en la batalla de Navarro.

Rosas huye a Santa Fe, siendo Dorrego capturado y conducido a Lavalle, el cual ordena su fusilamiento, hecho que iba a provocar una guerra civil.

Durante la guerra, Lavalle envia diferentes tropas por todo el país, con la intención de buscar a Rosas, aniquilando y fusilando a diferentes  retractores suyos.

El 26 de abril de 1829, Rosas consigue una primera victoria sobre Lavalle, lo que le otorga un gran apoyo en todo el país.

Lavalle consigue convencer a Rosas para que firme un pacto para la celebración de elecciones, el Pacto de Cañuelas, presentándose a gobernador Félix de Álzaga, por parte de los federales de Rosas, y Carlos María de Alvear, por parte de los unitarios de Lavalle.

Sin embargo, Lavalle rompió nuevamente el tratado, con lo que Rosas conseguió más adeptos, lo que poco a poco iba consiguiendo que se acercase mucho más que su oponente al gobierno del país.

El 6 de diciembre del año 1829, Rosas es nombrado gobernador, y una de las primeras cosas que hace es ordenar traer los restos de Dorrego a Buenos Aires.

Rosas tenia ahora un nuevo rival, José Maria Paz, el cual le vencería en diversas batallas, aunque Rosas lo que quería firmar con él era la paz.

Rosas consigue realizar varios pactos para la que sería la Constitución de la Nación Argentina, fortaleciendo la economía sobre todo vía marítima.

En el año 1832, Rosas sale reelegido, aunque rehúsa en beneficio de Juan Ramón Balcare.

Durante las décadas de los años 30 y 40, Rosas continuó su vida política,  consiguiendo ser gobernador de la provincia de Buenos Aires durante 17 años, desde el 1835 hasta el 1852, cargo en el cual dejó bien patente su gran tiranía.

Después de ser derrocado en el año 1852, se refugia en el consulado británico, de la mano de Robert Gore, el cual lo conduce exiliado, en el barco “Conflict”, hasta tierras británicas, donde Rosas empieza a vivir junto a su hija Manuela Rosas, hasta el día de su muerte, que se produjo el 14 de marzo de 1877.