El filósofo y botánico griego
Teofrasto nació en Ereso en el año 371 A.C. Fue discípulo de
Aristóteles, a quien sucedió en la dirección del Liceo en el año 322 A.C.
Su verdadero nombre era
Tirtamo, pero fue el mismo
Aristóteles quien comenzó a llamarlo
Teofrasto, por la gracia y suavidad de sus disertaciones.
Luego de introducirse en el mundo de la filosofía, gracias a las lecciones del maestro
Leucippo di Alcippo,
Teofrasto se transfiere a Atenas y se une a la escuela platónica. A la muerte de
Platón se une
Aristóteles ; el afecto y la estima que surge entre los dos fue tal, que a su muerte,
Aristóteles lega a
Teofrasto sus hijos, su biblioteca y sus obras originales, nombrándolo su sucesor en la dirección del Liceo, en desmedro de otros ilustres filósofos como
Eudemo de Rodas y
Aristoxeno.
Teofrasto dirigió la escuela peripatética hasta su muerte, ocurrida en Atenas en el año 287 A.C. Bajo su guía, la escuela conoció un gran desarrollo, contando con más de 2.000 estudiantes.
Menandro estuvo entre sus alumnos. Su popularidad se puso de manifiesto en el respeto que le profesaban
Filipo,
Casandro y
Ptolemeo y por la desestimación total de un cargo de irreligiosidad interpuesto contra él. Fue honrado con un funeral público, durante el cual, según
Diógenes Laercio, toda la población de Atenas siguió el cortejo hasta la tumba.
La actividad de
Teofrasto se extendió a todos los campos del conocimiento. Entre sus obras revisten gran importancia dos tratados botánicos. En el primero, "
De historia plantarum" (Historia de las plantas), clasifica en nueve libros más de quinientas especies dividiéndolas en árboles, frutos, hierbas, clasificando por primera vez drogas y medicinas, con su correlato valor terapéutico.
En el segundo libro "
De causis plantarum" (Sobre las causas de las plantas), en ocho libros describe la generación espontánea y la vegetación de las plantas por causas externas. Ambas obras constituyen la más grande contribución al estudio de la botánica, no sólo de la antigûedad, sino también de todo el Medioevo.
Parcial es, en cambio, el estado del resto de sus obras como "
Historia de la física", un tratado "
Sobre las piedras", un trabajo "
Sobre las sensaciones" (De sensibus) y uno sobre Metafísica: "
Airoptai".
Una mención aparte merece su obra "
Caracteres", una breve pero incisiva y detallada descripción de algunos modelos morales, que constituye un verdadero retrato de la vida de su época. El autor describe las características de la típica vida ateniense de fines del S IV A.C.; cada figura moral (el avaro, el desconfiado, el adulador, el arrogante) tiene una pequeña introducción del defecto característico, seguida de la enumeración de los comportamientos propios de cada tipología.