Vincent d’Indy

D’Indy estudió con Albert Lavignac, Antoine Marmontel y compoición musical con Franck. En 1874 fue admitido en la clase de órgano del Conservatorio de París, y en el mismo año se interpretó su segunda obertura de Wallenstein. Consideraba que la música francesa del siglo XIX y la tradición de la Ópera de París, el Conservatorio de París y la sinfonía "decorativa" francesa eran superficiales, frívolas e indignas de competir con la tradición teutónica de Bach-Beethoven-Wagner. El carácter de su propia música reveló una construcción meticulosa, pero también un cierto lirismo. Su armonía y contrapunto se trabajaron laboriosamente, pero en su trabajo posterior, los ritmos libres y poco ortodoxos llegaron con facilidad y fluidez.

Las obras escénicas más importantes de D'Indy fueron Le Chant de le Cloche (1883; "La canción del reloj"), Fervaal (1895), Le Légende de Saint Christophe (1915; "La leyenda de San Cristóbal") y Le Rêve de Cinyras (1923; "El sueño de Cinyras"). Entre sus obras sinfónicas, Symphonie sur un chant montagnard français (1886; Sinfonía sobre un tema montañés), para piano y orquesta, basada enteramente en una de las canciones populares de D’Indy recopiladas en el distrito de Ardeche, e Istar (variaciones; 1896) representan sus mayores logros. 

Sus 105 partituras también incluyen obras para teclado, escritos corales religiosos y seculares, y música de cámara. Entre estas últimas se encuentran algunas de sus mejores composiciones: Quintette (1924); una suite para flauta, trío de cuerdas y arpa (1927); y el Tercer Cuarteto de Cuerdas (1928–29). También hizo arreglos de cientos de canciones populares que recogió en los Vivarais.

En 1894, d'Indy se convirtió en uno de los fundadores de la Schola Cantorum de París. Fue a través de los cursos en esta academia que difundió sus teorías e inició el resurgimiento del interés por el lenguaje y la música gregoriana de los siglos XVI y XVII. D’Indy también publicó estudios de Franck (1906), Ludwig van Beethoven (1911) y Richard Wagner (1930). En Francia, Paul Dukas, Albert Roussel y Déodat de Sévérac se contaron entre sus discípulos. Fuera de Francia, particularmente en Grecia, Bulgaria, Portugal y Brasil, su influencia duró sobre compositores interesados en dar formas sinfónicas a la música popular.