Alexander Dubcek

Después de la guerra Dubcek hizo su carrera como funcionario del partido comunista. Fue elegido a la presidencia del Partido Eslovaco primero y después del partido comunista checoslovaco en 1962, y al año siguiente se convirtió en primer secretario del Comité Central del partido eslovaco. Sin embargo, cuando sucedió a Antonin Novotny en enero de 1968 como primer secretario del Partido Comunista de Checoslovaquia, no era bien conocido en su propio país y en absoluto conocido fuera de él.

La presión en la relajación del rígido dogma que prevalecia en la vida política, había ido en aumento en Checoslovaquia durante un tiempo considerable, y se fue reforzando por el descontento económico. Dubcek se convirtió en la personificación de este movimiento y prometió introducir un "socialismo con rostro humano". Después de su llegada al poder, la censura se había relajado y se hicieron planes para una nueva constitución federal, por una nueva legislación que previera un mayor grado de libertad civil, y  una nueva ley electoral para dar mayor libertad a los partidos no comunistas.

El gobierno soviético se alarmaba cada vez más y a a lo largo de la primavera y el verano de 1968 le había hecho una serie de advertencias a Dubcek y sus colegas. Dubcek había intentado seguir un camino intermedio entre los extremos liberales y conservadores, y en una confrontación en el verano con los líderes soviéticos se mantuvo firme en contra de sus demandas para un cambio de rumbbo de sus políticas.

Se pensaba que en esta ocasión Dubcek había logrado imponer su punto de vista, pero el 20 de agosto, ejércitos de la U.R.S.S. y los demás países del Pacto de Varsovia ocuparon Checoslovaquia. Algunos historiadores creen que la causa inmediata de la invasión soviética fue el Programa de Acción, iniciado por Dubcek el año anterior. Las manifestaciones masivas de apoyo a Dubcek lo mantuvieron en el poder por el momento, pero se abandonó su programa político liberal.

Durante los siguientes 2 años Dubcek fue retirado gradualmente del poder. En abril de 1969 renunció al cargo de primer secretario del partido, para ser reemplazado por el ortodoxo Dr. Gustav Husak. En ese septiembre fue despedido de la Presidencia, y en enero de 1970 del Comité Central. En diciembre de 1969 fue enviado a Turquía como embajador. El golpe final se produjo el 27 de junio de 1970, cuando fue expulsado del partido comunista, y poco después fue despedido de su puesto de embajador. A partir de ahí fue confinado durante casi veinte años a un campamento forestal en Bratislava, con poco contacto con el mundo exterior y la supervisión constante e intensa por la policía secreta.

Mientras tanto, las actitudes que Dubcek había puesto en marcha continuaron por sus propios medios. Un pequeño movimiento clandestino conocido como Carta 77, el nombre de su declaración inaugural el 1 de enero de 1977, aumentó a 2.000 miembros en los siguientes doce años. Influenciado por el movimiento en la vecina Polonia hacia una mayor apertura y  derechos humanos, Carta 77 fue creada por un amplio espectro de líderes, entre ellos ex comunistas y activistas religiosos. Ellos eran constantemente acosados y perseguidos por el gobierno comunista, pero no cedían. La policía detuvo a diez de los líderes del grupo, entre ellos Vaclav Havel y Jiri Dienstbier, respectivamente, Presidente y Ministro de Asuntos Exteriores del nuevo gobierno de Checoslovaquia en 1989. Carta 77 continuó hasta 1995, cuando se hizo evidente que había cumplido su función.

Dubcek aprobaba fuertemente la política progresista del primer ministro ruso, Mikhail Gorbachov de la glasnost, y, finalmente, su sucesor de la perestroika. Si bien señaló que había algunas diferencias fundamentales, que creía que tenía de la misma ética que había tratado de promover en la Primavera de Praga. 

El 17 de noviembre de 1989, una conmemoración estudiantil de las atrocidades nazi de 1939 fue brutalmente agredida por la policía antidisturbios por una pequeña provocación. Las facciones opositoras al gobierno se unieron a un único fin por dicho evento, y formaron el Foro Cívico, dirigido por Havel. Obtuvieron videos de los disturbios, entrevistaron a las víctimas, y distribuyeron miles de copias  en todo el país, que fueron transmitidas subrepticiamente en los televisores disponibles. La gente se indignó, y cada vez más grandes masas de manifestantes llenaban la plaza de Wenceslao. Este movimiento rápido y tranquilo llegó a ser conocido como la Revolución de Terciopelo. Sólo una semana después de los disturbios, Havel y Dubcek aparecieron junto a la multitud, que al únisono exigieron la restauración de este último.

En un primer momento, Havel, insistió en quedar a la sombra de Dubcek; pero al momento de las elecciones federales en 1990, se había decidido que Dubcek se convertiría en presidente del parlamento federal. Dubcek propuso entonces Havel a la presidencia, que fue aceptada por unanimidad.

En sus últimos años, Dubcek se alineó con las ideas de la socialdemocracia europea y sobre todo con el canciller alemán, Willy Brandt. En 1992,  se convirtió en líder del partido socialdemócrata en Eslovaquia. En ese momento ya estaba enfermo, habiendo trabajado prácticamente durante todo el día durante más de dos años como presidente de la asamblea de Checoslovaquia. Un gran shock, que nunca superó, fue la muerte de su esposa, Anna, en septiembre de 1991. Un año más tarde, sufrió un accidente automovilístico, del que apenas escapó de la muerte inmediata. Los médicos le diagnosticaron fractura de la columna vertebral, así como otras enfermedades graves. Falleció el 1 de noviembre de 1992.