Eva Perón

Juan Duarte, padre de Evita, era un político adinerado, estanciero conservador. Descendiente de franceses. Conocido por las operaciones fraudulentas que encabezaba a nombre del Estado y algunas estafas a los indígenas locales. Bígamo, mantenía una relación con dos mujeres, poseedor de dos familias. Algo muy común para la época y para la zona rural. Falleció en 1926, dejando a la familia de Eva a la merced, sin hogar y sin un peso. Fueron duramente discriminados por los vecinos regionales y eso marcó mucho a Evita. De allí su debilidad y fuerte lucha futura por las personas que vivían en desamparo y de bajos recursos.

Vale destacar que son datos poco probables los del nacimiento de Evita, puesto que hay diferentes teorías acerca de donde y cuando nació realmente. Las fechas que se manejan son estadísticas y fueron provistas por el Registro Civil de Junín que, para esa época no estaba burocráticamente bien organizado. 

Actriz de vocación, decidió abrirse camino para fomentar su talento y viaja a Buenos Aires, donde se encontró sola, pobre y dentro de un contexto hostil. A sus 15 años no poseía ningún tipo de educación profesional que la ayudara a juntar dinero o conseguir un empleo. Al poco tiempo logró convertirse en una actriz, desempeñando sus cualidades en un programa de radio muy escuchado. 

Ya para 1935 comenzó a ganar popularidad, escasa, pero popularidad al fin. Fue en 1944 y bajo esa coyuntura en la que conoció al Gral. Juan Domingo Perón, que quedó, aparentemente, cautivado por la exuberante belleza de la cual era portadora. En un festival de caridad por las víctimas de un terremoto en San Juan (Argentina). Así comenzaron una relación formal y se unieron en matrimonio en una recepción íntima que no trascendió demasiado hacia 1945, año en que Perón fue destituido de su cargo como vicepresidente de la República Argentina y de sus cargos en la Secretaría de Trabajo, a parte de ser confinado a la Isla Martín García. 

Perón prisionero y Eva movilizando a miles de obreros a los que ella misma nombró “descamisados”, para reunirse en una agitación social que culminaría con la aglomeración de miles de trabajadores en el centro de Buenos Aires el 17 de octubre proclamando la liberación de Perón. Una vez liberado, el General se presentó a las elecciones como candidato a presidente.

En 1946 Perón fue electo presidente, a pesar de los repudios de los que Eva fue víctima por un porcentaje minoritario elitista de Argentina. La veían como una prostituta, por el solo hecho de ser actriz de profesión y no era bien visto que un presidente tuviera una “mujerzuela” como primera dama. 

A pesar de ser adorada por el otro sector de la sociedad, Eva no aceptó ningún cargo oficial dentro del partido oficialista, prefirió impulsar sus ideas desde un lugar más noble y humilde: Su fundación, que se encontraba financiada por fondos públicos, donaciones de los trabajadores y contribuciones de algunos empresarios y que hacía llegar la ayuda a los sectores más pobres y olvidados del país. Eva recibía miles de cartas, cientos por día. Las leía todas. Pasó poco tiempo para que los argentinos que la apoyaban la apodaran EVITA.  

El destino de Eva estaba marcado, bajo su rol de esposa del presidente de la Nación, comenzó campañas y trabajos no solo políticos, si no también sociales. Apoyó mucho a la mujer y defendió sus derechos como ciudadana. Fue así que peleó por el voto femenino y, en conjunto, fundó en 1949 la militancia femenina peronista, cuyas dirigentes recibieron el nombre de “Delegadas Censistas”. Estas mujeres de diferentes clases sociales eran las encargadas de reclutar otras mujeres interesadas en militar y dar su voz en la política. Intervino en la regulación laboral integrando a las mujeres y dio beneficios en este campo a miles de argentinos. Mejoró la calidad de vida de los sectores, hasta ese entonces marginados.

Creadora de hospitales, centros para ancianos, lugares de contención a madres solteras. Escuelas, policlínicos, mejoró los sueldos de los trabajadores, creo centros de recreación y deporte para niños y adolescentes y, durante las fiestas salía a la calle a repartir sidras y pan dulce a los más necesitados. Poseedora de gran carisma y el don de liderazgo, se apoyó fielmente en los sindicalistas que la apoyaban en un cien por ciento. En poco tiempo Evita manejaba masas populares y parecía ser una locomotora sin frenos.

Fue el enlace entre el presidente y las organizaciones obreras, principalmente con la CGT (Confederación General del Trabajo), quien la propuso como candidata futura a vicepresidenta. Esta postulación trajo aparejados problemas: Primero con las fuerzas armadas, puesto que los militares veían a Evita como una amenaza a su poder. Luego con la misma Eva Duarte, quien era reacia a aceptar cargos públicos.

En 1951 Eva Perón escribió su libro “La razón de mi vida”

En 1952 y, muy joven, Evita enferma de Cáncer (leucemia), falleciendo el 26 de julio de ese mismo año. Su velatorio duró 14 días, todo el pueblo fue a verla. Caravanas interminables de argentinos desde todos los lugares del país se presentaron para darle el último adiós. Tras su muerte el peronismo comenzó a decaer de a poco hasta que tres años más tarde fue derrocado del poder por un gobierno militar. Los militares secuestraron el cuerpo de Eva Perón, trasladándolo a Italia y, posteriormente a España para evitar así que el pueblo peregrine hacía ella. Recién tras el gobierno de la tercera esposa del general Isabel Perón en 1975, los restos de Eva Duarte fueron devueltos al pueblo Argentino.