Fue un diplomático, escritor, ensayista y poeta mexicano.
Dirigió la Unesco (1948-1952). Tuvo un gran protagonismo en la labor de alfabetización. Realizó una loable intervención de equipamiento en la política de relaciones exteriores en tiempos de la Guerra Fría. Lamentablemente
se quitó la vida en 1974.
Fue miembro de la
Academia Mexicana de la Lengua (1952). También fue integrante de
El Colegio Nacional. Además fue nominado
doctor honoris causa por la
Universidad Autónoma de Sinaloa (1963). Fue galardonado con el
Premio Nacional de Literatura y Lingüística de México (1966). Y se le otorgó la
Medalla Belisario Domínguez del Senado de la República (1971), entre otros reconocimientos nacionales e internacionales.
Las obras literarias de Torres Bodet entre los que figuran
siete volúmenes que se publicaron entre 1927 y 1941, están incluidas en el periodo de interés por las nuevas creaciones de la narrativa francesa y española. Su trabajo literario es reconocido por una representatividad de la búsqueda de una nueva sensibilidad y un innovador estilo de novelas de su tiempo.
Conjuntamente con otros exponentes integró el grupo
Los contemporáneos. Según los expertos, en el contenido de sus ensayos y estudios críticos, que fueron dados a conocer en una revista del mismo nombre, fusionaba un enfoque pleno e innovador de letras antiguas y modernas, con un estilo flexible y de diáfana consistencia.
Entre sus obras que fueron realizadas durante sus cargos públicos, como discursos y mensajes, se han encontrado contenidos loables. Entre ellos:
la oración a la madre,
el discurso académico sobre la responsabilidad del escritor, además
el discurso de la apertura del nuevo Museo Nacional de Antropología. Todo ello dirigido a dilucidar los problemas de la cultura, la educación, entre otros temas alusivos a México y al mundo.
Sufrió de
cáncer y
luchó contra él durante
dieciséis años. Al no resistir los dolores, tomó la lamentable decisión de
suicidarse en la sala de su casa. Disparándose en la sien el 13 de mayo de 1974. Sus restos recibieron un homenaje en el Palacio de Bellas Artes, siendo inhumado en la
Rotonda de la Personas Ilustres, situada en la ciudad de México.