John Singleton Copley

John Singleton Copley nació el 3 de julio de 1738 en Boston, Massachusetts. Poco se sabe de su infancia, aunque ya desde pequeño se familiarizó con el arte gráfico gracias a su padrastro, el retratista y grabador Peter Pelham. Desarrolló un temprano sentido de la vocación y antes de cumplir los 20 años ya era un dibujante de renombre. 

Copley pronto descubrió que sus habilidades eran más pronunciadas en el género del retrato. En sus retratos, reveló un conocimiento íntimo de sus temas y el entorno de Nueva Inglaterra y transmitió un poderoso sentido de entidad física y franqueza. Influenciado por Joseph Blackburn, Copley hizo un uso elocuente del portrait d'apparat, un recurso del arte rococó consistente en retratar al sujeto con los objetos asociados a él en su vida cotidiana, lo que le dio a su trabajo una vivacidad y agudeza no siempre asociado a la pintura estadounidense del siglo XVIII. Este recurso le permitió insertar referencias inglesas en sus retratos, reforzando así la anglofilia deseada por muchos de sus patrocinadores.

Aunque trabajaba constantemente con comisiones de la burguesía de Boston, Copley quería ponerse a prueba contra los estándares de Europa. En 1766, por lo tanto, expuso Boy with a Squirrel en la Society of Artists en Londres. Fue muy elogiado tanto por Sir Joshua Reynolds como por su compatriota Benjamin West. Copley se casó en 1769. Aunque fue incitado a estudiar en Europa por colegas artistas estaban familiarizados con su trabajo, no se aventuró a salir de Boston a excepción de una estadía de siete meses en la ciudad de Nueva York (junio de 1771 a enero de 1772). Cuando las condiciones políticas y económicas en Boston comenzaron a deteriorarse (el suegro de Copley era el comerciante a quien se le enviaba el té para realizar la Fiesta del Té de Boston), Copley abandonó el país en junio de 1774, para no volver jamás. En 1775, su esposa, sus hijos y otros miembros de la familia llegaron a Londres y Copley estableció un hogar allí en 1776.

Sus ambiciones en Europa iban más allá del retrato; estaba ansioso por hacer un éxito en la esfera más considerada de la pintura histórica. En su primera obra importante en este género, Watson and the Shark (1778), usó lo que se convertiría en uno de los grandes temas del arte romántico del siglo XIX: la lucha del hombre contra la naturaleza. Fue elegido miembro de la Royal Academy en 1779. Sus pinturas en Inglaterra se volvieron académicamente más sofisticadas y tímidas, pero en general carecían de la extraordinaria vitalidad y el realismo penetrante de sus retratos de Boston. Aunque su salud física y mental habían disminuido en sus últimos años, continuó pintando con considerable éxito hasta los últimos meses de su vida.