Michael Faraday

Nació el 22 de septiembre de 1791, en Newington, Reino Unido.

Fue un físico y químico, que analizó el electromagnetismo y la electroquímica. Su formación fue precaria en sus inicios. Cuando tenía 13 años trabajó como aprendiz con un encuadernador londinense.

Pasó quince años leyendo libros sobre ciencia y llegó a realizar experimentos del ámbito de la electricidad, lo que resultó que le gustara el campo científico que lo apasionaría hasta sus últimos días. No obstante, al principio no tenía nociones de matemáticas, pero era hábil trazando gráficos y realizando experimentos.

Fue alumno de Humphry Davy, siendo reconocido por la demostración de la inducción electromagnética, dando la posibilidad de crear generadores y motores eléctricos; además de las leyes de la electrólisis.

Entre sus postulados destacan su trazado del campo magnético en el conductor por donde hay corriente eléctrica; además evidenció la inducción electromagnética. También hay dos leyes que llevan su nombre.

En su honor se denominó Faradio (F) a la unidad de capacidad eléctrica.

Otros de sus aportes al desarrollo de la electricidad fue a partir de que el químico danés Oersted mostrara al mundo el electromagnetismo, Faraday elaboró dos artefactos que provocaban la llamada rotación electromagnética, que llegó a ser un motor eléctrico.

En 1831 dio inicio a sus experimentos que llevaron a la inducción electromagnética, que en la actualidad son los cimientos de los experimentos electromagnéticos.

Publicó que la carga eléctrica se reúne en la superficie exterior del conductor eléctrico, el cual es cargado con autonomía de lo que suceda en su interior. También en su honor se denominó la jaula de Faraday.

Supervisado por Davy continuaría sus investigaciones y experimentos. Por ejemplo que sobre el cloro obtuvo dos nuevos cloruros de carbono. Además descubrió el benceno, e investigó sobre el vidrio óptico y realizó experimentos de licuefacción de gases comunes.

Fue admitido en la Real Sociedad de Londres en 1824, siendo designado como director del laboratorio de la institución. Fue el sucesor de Davy como docente de química. Posteriormente se le asignó una pensión vitalicia de 300 libras al año.

Falleció el 25 de agosto de 1867, y tiene una placa de reconocimiento en la Abadía de Westminster, muy cerca a la lápida de Isaac Newton, siendo enterrado en la zona sandemania del Cementerio de Highgate, Londres, Reino Unido.