Robert Doisneau

Este pintor francés había nacido en la localidad de Gentilly, cerca de París, cuando la población escasamente sobrepasaba los 10.000 habitantes, el 14 de abril de 1912 y falleció en París el 1 de abril de 1994, cuando le faltaban unos pocos días para cumplir sus 82 años de edad.

Muy rápidamente se traslada a París en donde es formado como grabador litográfico y tipógrafo. Con apenas 17 años se interesa por la fotografía y empieza a hacer sus primeras fotografías, aprendiendo el oficio de manera autodidacta, lo mismo que todo el proceso de revelado, para el que se guía siguiendo las instrucciones de las cajas de emulsión. Consigue trabajar en un estudio fotográfico, que a la postre terminaría comprando a la muerte de su propietario original.

En 1931 conoce a André Vigneau quien le muestra el mundo de la fotografía como arte, más que como solo un oficio, y esto lo marcó de manera tan significativa que muchos años después, en una entrevista que realizó para El País Semanal en 1991 confesó: “Cuando yo empecé, nadie conocía a nadie. No había revistas que difundieran la obra de los fotógrafos más interesantes. Por eso la única persona que me influyó fue Vigneau. Era formidable: escultor, pintor, fotógrafo”.

Enseguida pasó a trabajar en la fábrica de Renault, en la localidad de Billancourt, como fotógrafo industrial y publicitario, pero fue permaneció mucho tiempo porque sus continuas ausencias le acarrearon el despido o como lo expresó él mismo años más tarde en una entrevista: “desobedecer me parecía una función vital y no me privé de hacerlo”.

Pero la experiencia le sirvió para dejar la fotografía de objetos y pasar a fotografiar personas en París y en Gentilly, hasta que el 25 de septiembre de 1932, L’Excelsior publica su primera fotografía. Sin embargo, este logro no le ayudó mucho a sobrepasar con mayor tranquilidad la crisis de los años treinta, en la que no consiguió mayores encargos de fotografías.

Se traslada a vivir a Mountrouge hacia 1937, pero es llamado a servir como soldado en la Resistencia Francesa, durante la II Guerra Mundial, hasta que en 1940 lo desmovilizan y regresa. Toma fotografías por encargo y no desfallece de tomar imágenes de la gente en París, después de la liberación de la ocupación nazi, con toda la alegría que significó el hecho. La agencia ADEP lo contrata después de la guerra justamente para que capte esas imágenes de la exaltación de las gentes ante la recuperación de la libertad y esta tarea la realiza en compañía de Henri Cartier-Bresson y de Robert Capa.

Gracias a esas fotografías se vincula desde 1945 con el diario  Le Point y se inscribe de manera permanente con la agencia Rapho, con quienes estaría hasta su muerte. En ese tiempo y ya trabajando con Le Point, se dedica a muchos personajes de la vida pública, como Pablo Picasso, pero a todos colocándolos en ambientes cotidianos.

En 1950 la revista norteamericana America’s Life le encarga unas fotos de los enamorados de París y en su búsqueda consigue la serie Besos y su obra más famosa y conocida El Beso, que muestra una pareja besándose de manera un tanto misteriosa frente al ayuntamiento de París. 

Inicialmente se pensó que era una fotografía espontánea, pero algunos años más tarde se conocieron los nombres de los protagonistas, que eran dos estudiantes que en ese momento eran novios, Françoise Bornet y Jacques Carteaud. Esta fotografía, una de las más exitosas en la historia de este arte, recorrió el mundo entero y le abrió a Doisneau las puertas para trabajos en el extranjero. Así entonces, en 1951 se abre una exposición de su trabajo en el Museo de Arte Moderno de Nueva York.

Luego se ve afectado por la caída en desuso de los grandes fotógrafos y ya en 1953 abandona definitivamente su trabajo en Vogue, hasta 1979 cuando Claude Nori rescata a Doisneau y realiza una retrospectiva de su obra Tres segundos de eternidad. Esto lo rehabilita en el mundo del arte recorriendo varias ciudades del Asia, como Pekín, Tokio y Kioto con exposiciones que son visitadas de manera multitudinaria. También hace una exposición en Roma y otra en el Museo de Arte Moderno de Oxford.

Muere el 1 de abril de 1994 a los 81 años, unos meses después de haber tomado su última fotografía, el 25 de septiembre de 1993.