Sarah Bernhardt

Bernhardt quería ser monja, pero el duque de Morny, que era uno de los amantes de su madre y el hermanastro de Napoleón III, pensó que debería ser actriz y dispuso que ella ingresara en el Conservatorio de París a los 16 años. En el Conservatorio, Sarah estaba lejos de ser una alumna estrella y se fue en 1862.

Pronto, y una vez más con la ayuda del duque, fue aceptada por la Comédie-Française, donde su presencia en el escenario pasó prácticamente desapercibida.

El contrato de Bernhardt con la Comédie-Française se canceló en 1863 (después de haber abofeteado a otra actriz), y comenzó una temporada en el Théâtre du Gymnase-Dramatique. Casi al mismo tiempo, se convirtió en la amante del príncipe de Ligne y dio a luz a su único hijo, Maurice.

En 1866, firmó un contrato con el Teatro Odéon, y en los siguientes seis años, su reputación creció. Su papel más importante en el Odéon fue el de Zanetto en la obra teatral Le Passant de François Coppée en 1869, que interpretó de nuevo en una presentación para Napoleón III.

En 1870, en medio de la guerra franco-alemana, Bernhardt organizó un hospital militar en el Odéon y, a fines de la década de 1870, cuando terminó la guerra, volvió a actuar y alcanzó el nivel más alto de su carrera como actriz, impulsada en parte por su peculiar comportamiento tanto dentro como fuera del escenario. 

En 1880 Sarah Bernhardt, ahora una gran atracción en Europa, llevó a su propia compañía a una gira mundial que incluía los lugares más lejanos de Europa, Australia, Canadá y los Estados Unidos, convirtiéndose en una estrella internacional.

A finales de siglo, comenzó a actuar en cine, apareciendo en algunas de las primeras películas, como las versiones de Hamlet (1900) y La Tosca (1908).

En 1905, mientras viajaba por Sudamérica, se lesionó la rodilla derecha durante una actuación. La lesión nunca se curó correctamente, y 10 años después, la gangrena se había establecido y la pierna tuvo que ser amputada. A pesar de este contratiempo, Bernhardt insistió en visitar a los soldados en el frente durante la Primera Guerra Mundial (mientras era llevada en una silla pequeña). Reanudó la gira, actuando rn roles que podía interpretar mientras estaba sentada o mientras llevaba una prótesis.

Después de haber escrito sus memorias (Mi doble vida, 1907), Bernhardt escribió El arte del teatro (1923) y publicó una novela (Petite Idole, 1920) en sus últimos años. Murió en 1923 mientras filmaba La Voyante ("El clarividente") en su casa de París.