Tamara De Lempicka

En 1911 realizó un importante viaje a Italia con su abuela materna, durante el cual descubrió su pasión por el arte. En 1914, desobedeciendo la voluntad de sus padres, interrumpió sus estudios y se trasladó a San Petersburgo, a la casa de su tía Stefa Jansen.

Durante una fiesta conoió al joven abogado Tadeusz Lempicki y se enamoró. Ambos se casaron en 1916, poco antes del estallido de la Revolución Rusa. Al año siguiente, su esposo fue detenido por su activismo en las filas contrarrevolucionarias, pero, gracias a los informes de su esposa, pronto fue puesto en libertad. Los dos se trasladaron a Copenhague, donde se encontraban los padres de Tamara, y de allí fueron a París. En 1920, poco después del nacimiento de su hija Kizette, Tamara decidió dedicarse a la pintura y comenzó a asistir a la Académie de la Grande Chaumière; luego tomó lecciones con Maurice Denis y André Lhote.

En 1922 participó en el Salon d'Automne. Después de su primera aparición, la artista continuó exponiendo en París hasta la segunda mitad de los años treinta. En 1925, viajó con su madre y su hija a Italia para estudiar los clásicos. En Milán conoció al Conde Emanuele Castelbarco, propietario de una galería de arte, que organizó su primera exposición individual. En los años siguientes, se convirtió en un pintora de éxito, intensificando su participación en muestras y exposiciones en París.

En 1928 se divorció de su marido y muy pronto comenzó una relación con el barón Kuffner, con quien se casó en 1933. A raíz de una profunda crisis existencial, la artista empezó a pintar temas de contenido piadoso y humanitario. También gustaba de retratarse a sí misma, como en el famoso "Autorretrato" de 1925 en la que se representaba hermosa, seductora, rica y aburrida, a bordo de un Bugatti verde de lujo, en estilo años veinte, similar al personaje de Daisy creado por la imaginación del escritor estadounidense Francis Scott Fitzgerald en el "Gran Gatsby".

En el verano de 1939 la pareja Kuffner viajó a Nueva York, donde Tamara presentó una exposición individual en la galería de Paul Reinhardt. A pesar de sus numerosos compromisos humanitarios, la artista continuó montando exposiciones en Nueva York, Los Ángeles y San Francisco. 

A inicios de los años '60, la artista realizó una serie de composiciones abstractas, seguidas de pinturas a espátula, que no lograron el aplauso de la crítica. La muestra, realizada en 1962, en la Galleria Jolas de Nueva York fue un fracaso. Después de la muerte de su esposo, que se produjo en noviembre de ese mismo año, Tamara abandonó Nueva York y se mudó a Houston, donde vivía su hija Kizette. En 1969 regresó a París y retomó la pintura.

Una gran exposición retrospectiva, organizada en la Galerie du Luxemburgo (1972), devolvió el éxito a la ya anciana pintora.

En 1978 Tamara De Lempicka se trasladó a México, Cuernavaca, donde murió el 18 de marzo de 1980. De acuerdo con su testamento, sus cenizas fueron esparcidas en el cráter del volcán Popocatépetl.