Tutankamón

Tutankamón, "La imagen viva de Amón", nació en el año 1345 a.C., en Egipto, y fue uno de los faraones más famosos de la historia, siendo el último perteneciente a la dinastía XVIII.

Hay muchos misterios en la vida de este famoso personaje de Egipto, en cuanto a su ascendencia, las pruebas que se han encontrado a lo largo de la historia llevan a creer que sus padres fueron el faraón Ajenatón y una de sus esposas, Kiya. El pequeño heredero al trono, dejó de ser un niño a los 9 años, cuando pasó a ser el nuevo faraón de Egipto.

En su reinado, reconstruyó la ciudad de Egipto, principalmente los lugares de culto que habían sido destruidos por su padre. Además, les devolvió el poder a los sacerdotes de Amón, como lo era históricamente en su país, y devolvió la capital a Tebas.

Debido a su corta edad, su reinado fue dirigido por Ay y Horemheb, quienes eran los encargados de administrar al país y al ejército.

Un tiempo después de subir al reinado, Tutankamón se casó con Anjesenamón, nieta de Ay, como se acostumbraba hacer en la época, para mantener el poder entre las mismas familias. No se sabe a ciencia cierta si dicha pareja tuvo descendencia, pero junto con la momia del faraón, en su tumba, se hallaron dos momias bebés, lo que se cree que pudieron ser sus hijas.

Se asegura que no existen pruebas de la existencia de guerras en su mandato, por lo que se estima que la situación de Egipto internamente no era lo suficientemente fuerte como para combatir contra sus enemigos.

En el templo de Amón en Karnak, se encontró un edicto que realizó el faraón en su mandato, debido a su plan de reconstrucción social-religiosa, en el que declaró: "Él ha hecho que todo lo que estaba arruinado floreciese como un monumento de eternidad; él ha expulsado el engaño de las Dos Tierras. Cuando su majestad se elevó como un rey los templos de los dioses y las diosas desde Elefantina al Delta habían caído en el abandono, sus tabernáculos estaban deteriorados, se habían convertido en campos llenos de hierba; sus patios eran como caminos trillados. El país estaba en desorden, los dioses se olvidaban de este país, sus corazones estaban airados."

En el año 1327 a. C., el joven faraón dejó este mundo. Las historias que relatan su muerte también son muy confusas, debido a que existen diversas teorías, acerca de un posible asesinato, una epidemia que le había costado la vida a miles de personas, o un accidente mientras cazaba.

El 4 de noviembre del año 1922, el arqueólogo y egiptólogo inglés Howard Carter, encontró los restos de la tumba KV62, debajo de los restos de las viviendas de los trabajadores de la época ramésida. Dicho monumento histórico, se encuentra en el Valle de los Reyes, y es la única tumba real egipcia encontrada sin deterioros. Según los testigos del descubrimiento, existían algunas ofrendas florales que luego de tocarlas se desintegraron.

Dicha maravilla arqueológica, está formada por cuatro salas, las cuales estaban repletas de objetos valiosos dispuestos de forma desordenada. Para vaciar la tumba por completo, se requirieron 8 años de incesante pero paciente trabajo. Todos los objetos recuperados (más de 5.000 piezas) fueron trasladados al Museo Egipcio de El Cairo.

Existen varias leyendas sobre posibles maldiciones que se encuentran dentro de la tumba del faraón, debido a que varios exploradores que ingresaron en la misma murieron días más tarde, varios en circunstancias realmente extrañas.
Por parte de la ciencia, existen varias hipótesis que hacen referencia a dichos sucesos. La más destacada es la posibilidad de una infección en el aire que lo habría dejado plagado de hongos microscópicos y esporas, que pudieron ingresar en los sistemas inmunológicos de los aventureros y así provocar su muerte.