Yorgos Seferis

Muy dotado desde la infancia con una experiencia poética y literatura oral y alentado por el ejemplo de su padre, Seferis se encontró muy pronto dividido entre las exigencias de una profesión y una carrera literaria. Mientras estudiaba derecho en París, comenzó a escribir poesía, y su primera composición titulada "Niebla" (1924, publicado más tarde), data de una estancia en Londres, donde Seferis había ido a perfeccionar su inglés antes de tomar el examen para el Servicio Exterior griego. Seferis volvió a Atenas y al Ministerio de Asuntos Exteriores en 1925, sin dejar de escribir versos y realizar traducciones y críticas literarias hasta que, en 1931 apareció su primera colección de poemas, "Strophe".

La diplomacia convocó a Seferis a Londres, donde se desempeñó como Vicecónsul hasta 1934, al tiempo que continuó con la publicación de obras (en particular, "La Cisterna", 1932) en revistas y reseñas. Su siguiente importante colección- Mythistorema (historia mítica, 1935) -representó una evolución alejada de sus primeros trabajos rígidamente "puros" puros su estilo hacia una manera sobria, que marcó lo mejor de su poesía madura, manteniéndola en sintonía con los patrones reales del habla.

En Kichle ("El Zorzal", escrita durante la Segunda Guerra Mundial), Seferis enfrenta desafiante al devastado mundo moderno. El poeta-diplomático continuó su servicio dual, huyendo con el Gobierno Libre griego durante la ocupación nazi. Sus trabajos se acrecentaron con cinco volúmenes escritos durante la guerra: Imerologuio Katastrómatos I, II y III; Ghimnopedhia; y Poiímata. 

Casado en 1941, Seferis estuvo con su esposa María en exilio oficial en Ankara, Sudáfrica, El Cairo e Italia; continuó con su escritura durante todo ese período, incluyendo un grupo de Dokimes (Ensayos) en 1944 y transformándose cada vez más en un reconocido poeta de su tiempo. 

En 1947 Seferis recibió el Premio Palamas de la Academia de Atenas, y durante los años de la posguerra ocupó cargos diplomáticos de cada vez mayor responsabilidad. 

En el momento en que regresó a Gran Bretaña como embajador griego en 1957, su estatura oficial en el servicio público y en las letras ya era reconocida internacionalmente. Seferis se retiró del servicio exterior en 1962. Ganó el Premio Nobel de literatura en 1963.

Yorgos Seferis murió en Atenas el 20 de septiembre de 1971.