En busca de Graceland

Un joven, (Johnathon Schaech) atormentado por la muerte de su mujer, conduce sin rumbo atravesando Norteamérica.
En una gasolinera perdida encuentra a un excéntrico y afable hombre (Harvey Keitel), con una apariencia demasiado curiosa, que se dirige hacia "Graceland".

Este hombre, que ronda los sesenta años, peina su pobre cabellera cuidadosamente y viste camisas de alegres colores, dice que su nombre es Elvis, y que regresa a Memphis para recuperar su vida y su trono. El Rey ha vuelto.

El conductor se niega a creer lo que le cuenta su pasajero, pero el encanto y la convicción con la que se expresa hacen que, poco a poco, vaya pasando de la incredulidad a la duda.