Frenesí

La acción de la película se sitúa en Londres, empezando con la aparición de un cadáver flotando sobre el río Támesis. Se trata de una mujer, desnuda, con una corbata al cuello y con evidentes señales de haber sido estrangulada. La policía enseguida se da cuenta de que se encuentran ante la obra de un cruel asesino en serie, que viola a sus víctimas antes de asesinarlas. Y no les falta razón. En los días siguientes, aparecerán más cadáveres de mujeres asesinadas de la misma manera y también con una corbata en el cuello.

Hitchcock nos muestra enseguida quién es el asesino, aunque este hecho no hace, ni mucho menos, decrecer el suspense. El director introduce uno de sus elementos preferidos, la figura del falso culpable, el ciudadano que no tiene nada que ver con el asunto, pero que, por una serie de circunstancias y malos entendidos, todas las pistas y sospechas van a señalarlo a él, haciendo crecer la tensión en el espectador.

Es el penúltimo largometraje de Hitchcock, algo diferente de aquello a lo que nos tiene acostumbrado, transmitiendo una atmósfera desagradable y escabrosa.