André Le Nôtre

Siendo el hijo y nieto de los jardineros que habían trabajado en el palacio de las Tullerías, André se formó desde muy temprana edad en los aspectos prácticos de la jardinería. La posibilidad de elevar este oficio a una forma de arte noble se vio reforzada por su estudio de la pintura con Simon Vouet y por su conocimiento de la arquitectura, muy posiblemente aprendido de François Mansart. Además de esta sólida formación académica, el estilo de Le Nôtre se reforzó con un estudio cuidadoso de los escritos sobre perspectiva y óptica de Salomon de Caus y Père Nicéron.

Aunque Le Nôtre sucedió a su padre como jardinero principal en las Tullerías en 1637, no fue sino hasta 1655, cuando comenzó su trabajo en el castillo de Vaux-le-Vicomte, de Nicolas Fouquet, que se hizo famoso. Allí, en colaboración con el arquitecto Louis Le Vau, tuvo por primera vez la oportunidad de crear todo un complejo de castillo y jardín, lo que finalmente resultó en una armonía visual inigualable del conjunto. A lo largo de los jardines, que fueron diseñados como una extensión arquitectónica lógica de la estructura a la que servían, hay un espíritu de disciplina ordenada, formalidad geométrica y equilibrio perfecto entre los diversos componentes: fuentes, esculturas, parterres y elementos arquitectónicos.

Tras la finalización de Vaux en 1661, Le Nôtre estuvo al servicio del rey Luis XIV, rediseñando los jardines de Fontainebleau, Saint-Germain-en-Laye y las Tullerías. La obra maestra de Le Nôtre fue el vasto proyecto de jardín para Versalles, que comenzó en 1662 y que comprometió su talento durante el resto del siglo. Para Luis XIV también realizó los jardines de Grand Trianon y Clagny, y para la nobleza francesa diseñó los espléndidos complejos de jardines de Sceaux, Chantilly, Meudon, Saint-Cloud y Pontchartrain. Entre los jardines menores a los que seguramente se puede asociar su nombre están los de Maintenon, Saint-Cyr, Palais Royal y Gaillon.

Al referirse a la muerte de Le Nôtre el 15 de septiembre de 1700, el Mercure de France escribió: "El rey acaba de perder a un hombre raro y celoso de su trabajo, un hombre que, muy singular en su arte, le hizo un gran honor".