Anselmo Aieta

Anselmo Aieta es el nombre del conocido bandoneonista, compositor y director, nacido en el año 1896 y bautizado como Anselmo Alfredo Aieta.

Ha nacido en el barrio de San Telmo, provincia de Buenos Aires, Argentina, y allí mismo se ha iniciado en la música, a la temprana edad de 10 años.

Sus comienzos profesionales han surgido alrededor de 1913, y han tenido lugar con sus actuaciones en el café “La Buseca” de Avellaneda, donde suplió al bandoneonista Graciano De Leone, en el terceto típico que completaban, “El Chino” Agustín Bardi en piano, y Ricardo González “Muchila”, como guitarrista.

Luego, más adelante, en otras ocasiones, ha sido integrante del conjunto de Genaro Espósito, y en esta misma época conoce a Arolas, a quien admiraba y con quien ha entablado una amistad y una conexión especial en el ambiente musical.

Al poco tiempo ha actuado con músicos muy importantes de la misma década, “El Rata” Rafael Iriarte, Carlos Marcucci, José Servidio, Luis Bernstein, Rafael Tuegols, Roberto Goyheneche.

Al llegar el año 1919, Anselmo ha tenido la oportunidad de ingresar a la orquesta de Francisco Canaro donde ha permanecido hasta 1923.
Y por esta misma época ha salido a la luz su tango llamado “El huérfano”, el cual ha sido el primero de su serie con Francisco García Jiménez, un joven poeta que le fuera presentado por su amigo Tuegols.

Al finalizar esa etapa, Aieta forma su propia orquesta con quienes ha desplegado una intensa actividad en cafés, cines y clubes, y aquí ha sido tanta la actividad que ha armado tres o cuatro formaciones que tocaban simultáneamente.

Al llegar el año 1925, Anselmo pasa a integrar la Orquesta Típica Paramount, la cual debuta en el cine del mismo nombre de la mano de Alfredo Mazzeo y Juan D’Arienzo en los violines, Ángel D’Agostino primero, y Alfonso Lacueva después en piano, y José Puglisi en contrabajo.

Anselmo se ha destacado por sus impecables composiciones tangueras, a través de todas sus épocas, la primera en llegar es “La primera sin tocar”, allá por el año 1912.

En sus obras ha contado con importantes colaboradores, tales como Enrique Dizeo, Lito Bayardo, Santigo Adamini, Cátulo Castillo, Vicente Planells del Campo, Francisco Laino, Mario Battistella, Francisco Bastardi, Nolo López, pero fue con García Jiménez con quien consolidó la más feliz conjunción autoral.

Si bien su pasión era tango, Aieta se ha destacado también al mostrar su talento expresado en valses, pasodobles, zambas, milongas e incluso temas fuera del tejido de la música típica, y en cada una de ellas se percibe la fresca fragancia de la espontaneidad con que fueron pergeñadas.

Este ser se ha distinguido por su don de componer con suma facilidad, indistintamente en el bandoneón o en el piano que dominaba perfectamente, pero al desconocer la escritura musical, debía recurrir obligadamente a otros músicos para que llevasen sus creaciones al pentagrama.

En su momento cumbre de inspiración, se han destacado obras como: “El huérfano” en 1921, “Príncipe” al año siguiente, “La mentirosa” al llegar el año 1923, “Suerte loca” en 1925, “Siga el corso”, y otras tantas que ha compuesto.

Luego de un descanso, e inactividad musical, se muestra tan impresionante componiendo al comenzar la década del ’40, al mostrarse junto a dos destellos impresionantes llamados: “Mariposita” en 1940 y “Color de barro” al año siguiente.

En la década del ’50 ha impuesto dos temas llamados: “Estampa tanguera” y “Escolazo” que ha grabado Edmundo Rivero de esta prominente figura de la generación de tanguistas del período 1910–1925.

Finalmente, Anselmo Aieta fallece el 25 de septiembre de 1964.