Clemente VII

Papa italiano (1523-1534). A la muerte de León X se creía que el papado pasaría a su primo, el cardenal Julio; Sin embargo, había otros como este último que también esperaban ser elegidos. De todos ellos fue Adriano Dedel de Utrecht, a quien Julio le hubo confiado sus votos, y justo él fue elegido como Adriano VI.

Gracias a la influencia de Julio durante el papado de Adriano, fue determinante para que Clemente VII fuera elegido como Papa el 26 de noviembre de 1523. Lamentablemente, su carácter irresoluto y sus apuestas políticas y familiares, causaron que fuera el más desgraciado entre los papas.

Antes de la muerte de León X, las huestes del papa y el emperador aunadas a Inglaterra expulsaron a los franceses de Milán. Por su parte, Francisco I tras un enfrentamiento fue hecho prisionero del rey Carlos I de España en la batalla de Pavia (1525). No obstante, fue liberado al firmar el Tratado de Madrid al año siguiente.

Tras la derrota en Pavia, se mantuvo una incertidumbre en el papa, quien no veía con buenos ojos que Carlos I se había adjudicado de la península, y que además era una amenaza para la Iglesia. Por su parte, en Europa Central las tropas turcas del sultán Solimán I el Magnífico hicieron un avance sobre Hungría, que estaba a favor de los cristianos, pero en contra de los musulmanes.

El rey Carlos I se sintió afrentado por Clemente VII, que no le dio justificaciones de sus actos. Así que las fuerzas del emperador sumaron alianzas a las de Pompeo Colonna, atacando Roma y saqueándola. Quedando con vida 42 de los 200 guardias que protegían al papa. Sin embargo, Carlos I no estaba de acuerdo con tales hechos, pidiéndole al papa que firmara un pacto, en que se comprometiera a pagar 60,000 ducados, pero dicho pago no se hizo efectivo.

Por dicho motivo el rey envió sus huestes para salvar sus pertenencias. No obstante, las fuerzas del emperador al no percibir sus emolumentos amenazaban con rebelarse y dejar la lucha. Y fue cuando oyeron sobre un pago que realizó el papa, que dudaba un poco en hacerla efectiva.

Viendo que en Roma había los recursos que buscaban fue que se armó una revuelta y concretándose un terrible saqueo. Ante este hecho Clemente VII se atrincheró en el castillo Sant’Angelo, donde permaneció por siete meses.

Debido a una condescendencia del papa hacia el emperador tuvo aleatorias consecuencias. Clemente VII tenía la incertidumbre una vez más ante su persistente problema de con cuál de los dos contendientes aliarse, y también una vez más tomó una decisión desacertada. Optó por la decisión de dar por concluida su colaboración con Carlos, quien volvía a adquirir enorme poder e influencia en Italia, y, para ganarse el favor del monarca francés, planeó y consiguió concretar las nupcias de su sobrina Catalina de Médici con un hijo de aquél, el futuro rey de Francia Enrique II.

Clemente no terminó de consolidar aquella paz; la muerte se lo había llevado diez años antes. El Concilio de Trento no se inició hasta 1545, once años después de su deceso, que se produjo, mediante un envenenamiento accidental de un hongo deletéreo durante una cena.