François Mauriac

Mauriac perteneció al linaje de escritores católicos franceses que examinaron las desagradables realidades de la vida moderna a la luz de la eternidad. Sus principales novelas son dramas psicológicos sombríos y austeros ambientados en una atmósfera de tensión sin tregua. En el corazón de cada trabajo, Mauriac colocó un alma religiosa que lidiaba con los problemas del pecado, la gracia y la salvación.

Mauriac provenía de una familia piadosa y estricta de clase media alta. Estudió en la Universidad de Burdeos y entró en la École Nationale des Chartes en París en 1906, que pronto abandonó para dedicarse a escribir. Su primer trabajo publicado fue un volumen de poemas delicadamente fervientes, Les Mains jointes (1909; "Las manos unidas"). La vocación de Mauriac, sin embargo, estaba en la novela. L'Enfant chargé de chaînes (1913; El niño cargado de cadenas) y La Robe prétexte (1914; La túnica pretexta), sus primeras obras de ficción, mostraron una técnica aún incierta pero, sin embargo, establecieron el patrón para sus temas recurrentes.

Su ciudad natal de Burdeos y las esquinas monótonas y sofocantes de la vida burguesa proporcionaron el marco para sus exploraciones de las relaciones de los personajes privados de amor. Le Baiser au lépreux (1922; El beso al leproso) estableció a Mauriac como un novelista importante. Mostró un dominio creciente en Le Désert de l’amour (1925; El desierto del amor) y en Thérèse Desqueyroux (1927), cuya heroína se ve obligada a intentar el asesinato de su esposo para escapar de su vida sofocante. Le Noeud de vipères (1932; Nudo de víboras) a menudo se considera la obra maestra de Mauriac. Es un drama matrimonial que representa el rencor de un viejo abogado hacia su familia, su pasión por el dinero y su conversión final. En ésta, como en otras novelas de Mauriac, el amor que sus personajes buscan en vano en los contactos humanos se concreta solo en el amor de Dios.

En 1933 Mauriac fue elegido para la Academia francesa. Sus novelas posteriores incluyen Le Mystère Frontenac (1933; El misterio de Frontenac), en parte autobiográfico, Les Chemins de la mer (1939; Los caminos del mar) y La Pharisienne (1941; La farisea), un análisis de la hipocresía religiosa y el deseo de dominación. En 1938, Mauriac comenzó a escribir obras de teatro, iniciando auspiciosamente con Asmodée (interpretada en 1937), en la que el héroe es un personaje atroz y dominante que controla las almas más débiles. Este también es el tema del menos exitoso Les Mal Aimés (1945).

Un hombre muy sensible, Mauriac se sintió obligado a justificarse ante sus críticos. Le Romancier et ses personnages (1933; “El novelista y sus personajes”) y los cuatro volúmenes de su Journal (1934–51), seguidos de tres volúmenes de Mémoires (1959–67), cuentan muchas de sus intenciones, sus métodos, y sus reacciones a los valores morales contemporáneos. Mauriac abordó el difícil dilema del escritor cristiano: cómo retratar el mal en la naturaleza humana sin poner la tentación ante sus lectores, en Dieu et Mammon (1929; God and Mammon, 1936).

Mauriac también fue un destacado escritor polémico. Intervino vigorosamente en la década de 1930, condenando el totalitarismo en todas sus formas y denunciando el fascismo en Italia y España. En la Segunda Guerra Mundial trabajó con los escritores de la Resistencia. Después de la guerra se involucró cada vez más en discusiones políticas. Escribió De Gaulle (1964), habiéndolo apoyado oficialmente desde 1962. Aunque la fama de Mauriac fuera de Francia se extendió lentamente, fue considerado por muchos como el mejor novelista francés después de Marcel Proust.