Ignacio Andrade

No se ha podido certificar el lugar ni la fecha de nacimiento de este personaje, razón por la cual en repetidas ocasiones sus opositores trataron de impedir que ocupara los cargos de responsabilidad que se le concedieron, como el de la presidencia de Venezuela o los distintos ministerios de los que se hizo cargo. Llegaron a asegurar que no podía presentar su candidatura para la presidencia del gobierno porque no había nacido en Venezuela, aunque todas las acusaciones se desestimaron y ocupó el cargo, primero en la presidencia del estado Falcón y algunos años más tarde presidiendo todo el país.

A pesar de contar con una educación exquisita y una larga carrera política, nunca logró el reconocimiento que tuvieron otros personajes que le antecedieron o le sucedieron, como por ejemplo Joaquín Crespo, presidente de los Estados Unidos de Venezuela al que él sucedió en el cargo. De hecho, fue objeto de una gran cantidad de intrigas y revoluciones, como la Revolución de Queipa, que fue una guerra civil en toda regla bajo la acusación de que había existido un fraude electoral de colosales dimensiones, y que a pesar de conseguir aplacarse no logró eliminar el clima de crispación y malestar que se extendió durante todo su mandato.

Un nuevo movimiento provocó la llamada Revolución Liberal Restauradora, que sí logró tener éxito y depuso a Andrade de su cargo sin que el ejército de Venezuela hiciera nada por evitarlo, principalmente debido a que su valedor, el anterior presidente Joaquín Crespo, falleció durante los enfrentamientos que se desarrollaron en esa revolución y que él mismo se propuso aplacar. También había durante esa época una epidemia de viruela, el precio del café se había desplomado y las arcas del país estaban sufriendo una de las recesiones más intensas conocidas hasta la fecha, razones que también pudieron contribuir al malestar general. Esto supuso un punto final al denominado Liberalismo Amarillo, también conocido como caudillismo. Obligado a huir del país, se refugió en Puerto Rico, donde escribió un libro explicando el por qué del éxito de esta revolución y que no se publicó sino hasta pasados treinta años de su muerte. Cinco años después se le concedió una amnistía y regresó a Venezuela, donde ocupó varios cargos como ministro del mismo gobierno que le había derrocado en los períodos de Juan Vicente Gómez y Márquez Bustillos, ocupando las carteras de Asuntos Exteriores primero y de Interior posteriomente.