Lula da Silva

Un hombre del pueblo, apasionados por las telenovelas, sin duda, la elección de Lula cambió la cara de la política brasileña.

Nacido en Caetés, el 27 de octubre de 1945, hijo de un campesino analfabeto, el futuro presidente de Brasil comenzó a trabajar como lustrabotas desde muy pequeño, aprendiendo a leer recién a los diez años.

Al cumplir los veinte años se trasladó a una ciudad industrial cerca de Sao Paulo, donde comenzó a trabajar como obrero metalúrgico. En un accidente laboral perdió el dedo meñique de su mano izquierda.

La carrera política de Lula comenzó en 1969 después de la muerte de su esposa por hepatitis. En pocos años se convirtió en el líder de la Unión de Trabajadores Metalúrgicos, sentando las bases del futuro Partido de los trabajadores.

Elegido a la guía del Brasil, en su primer mandato, el presidente obrero fue capaz de reducir las disparidades económicas dentro de la sociedad brasileña; de hecho, Brasil era el séptimo país del mundo en cuanto a la peor distribución del ingreso. Una forma de reducir esta brecha fue el programa Bolsa Familia, introducido en 2004.

A través de este programa, más de 11 millones de familias con hijos a cargo (por un total de 46 millones de brasileños), se beneficiaron con unaayuda financiera de hasta 35 dólares, asumiendoel compromiso de enviarlos a la escuela y efectuar un control médico regular.

Desde la perspectiva del ejercicio contable, el gobierno de Lula tranquilizó a los mercados y mantuvo una economía estable, a fin de lograr el superávit en el presupuesto, conforme a lo solicitado por el FMI.

En junio de 2005, al final del primer término, un escándalo abrumó a Lula y su gobierno. De acuerdo con informes del diputado laborista Jefferson y Duda Mendonca, publicitario de Lula, diferentes miembros del PT habrían cobrado en 2003 sumas de 4 millones y medio de dólares, depositados en las Bahamas. Dichas suma fueron dadas a los miembros del PT, para que votaran proyectos que eran particularmente importantes para el ejecutivo. En respuesta a las acusaciones de corrupción, el 11 de agosto de 2005, Lula apareció en la televisión con el rostro visiblemente emocionado, pidiendo disculpas a la brasileños, diciendo que había sido traicionado por los compañeros de partido, con prácticas de las que él no tenía conocimiento.

A pesar del escándalo, en consultas del 2006 Lula obtendría el 60% de los votos, alcanzando un máximo preferencias jamás obtenidos por otro presidente brasileño.