Manuel Zelaya

Nacido el 20 de septiembre de 1952 en Catacamas, José Manuel Zelaya Rosales es un político hondureño que se desempeñó como presidente de su país entre 2006 y 2009. En 2009, luego de haber propuesto cambios constitucionales que hubieran permitido a los presidentes cumplir dos mandatos consecutivos, fue depuesto por los militares en un golpe de Estado respaldado por el Congreso Nacional.

Zelaya estudió ingeniería civil en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras pero la abandonó antes de terminar su carrera, que nunca completó, para trabajar en el sector agroforestal. A lo largo de las décadas de 1970 y 1980, administró negocios de tala y ganadería, y en 1987 se convirtió en gerente del Consejo Hondureño de la Empresa Privada y presidente de la Asociación Nacional de Empresas Procesadoras de Madera. Miembro del Partido Liberal de Honduras (PL) desde 1970, Zelaya, conocido popularmente como Mel, fue electo al Congreso Nacional por primera vez en 1985. Se desempeñó en el Congreso Nacional hasta 1998, cuando se convirtió en ministro de Inversiones (1998-2002) en la administración presidencial de Carlos Roberto Flores Facussé.

En las elecciones presidenciales de 2005, una de las más reñidas en la historia del país, Zelaya derrotó por estrecho margen a Porfirio Lobo Sosa del Partido Nacional de Honduras (PN). La administración de Zelaya se centró en la lucha contra la delincuencia, en particular el tráfico ilícito de drogas en el país, pero durante su mandato la delincuencia siguió siendo un problema insoluble. En mayo de 2007, en respuesta a los informes de los medios sobre la incapacidad del gobierno para manejar el crimen, Zelaya ordenó que se transmitiera una campaña de propaganda en estaciones de radio y televisión durante al menos dos horas al día, una medida que fue criticada por la comunidad internacional. Entre los otros esfuerzos del presidente se encuentran la mejora de la producción de alimentos rurales y los proyectos de reforestación.

Durante su mandato, Zelaya se alejó lentamente de la posición de centro derecha del PL y comenzó a perder el apoyo de su partido. Buscó la ayuda del presidente izquierdista de Venezuela, Hugo Chávez para combatir la extrema pobreza de su país, una situación agravada por el aumento de los precios de los alimentos. En 2008, Honduras se unió a la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA; Alternativa más tarde cambió a Alianza), una alianza de izquierda formada en 2004 por Venezuela y Cuba.

En 2009 Zelaya organizó un referéndum nacional que, de aprobarse, le habría permitido revisar la constitución y postularse para la reelección, pero en la mañana del 28 de junio, día en que se iba a realizar el referéndum, los militares lo destituyeron. Los militares y el Congreso Nacional se habían opuesto al referéndum, que también había sido declarado ilegal por la Corte Suprema. Más tarde ese mismo día, después de que los militares llevaran a Zelaya a Costa Rica, el Congreso Nacional lo destituyó y eligió al líder del Congreso, Roberto Micheletti, como presidente interino. Posteriormente se emitieron órdenes de arresto contra Zelaya, y los casi 20 cargos en su contra incluían traición y abuso de poder. Las Naciones Unidas, condenando el derrocamiento, aprobó una resolución que continuaba reconociendo a Zelaya como el legítimo presidente hondureño. La Organización de Estados Americanos mostró su apoyo a Zelaya al suspender la membresía de Honduras en la OEA.

Una semana después del golpe, Zelaya intentó regresar a Honduras, pero vehículos militares bloquearon la pista en Tegucigalpa donde su avión intentaba aterrizar. Luego pasó los siguientes meses exiliado en Nicaragua. El 21 de septiembre de 2009, luego de una caminata de 15 horas por las montañas, Zelaya volvió a entrar furtivamente a Honduras. Se refugió en la embajada de Brasil en Tegucigalpa. Poco después de que se conociera su regreso, miles de sus seguidores se reunieron frente a la embajada. A principios de noviembre, fracasó un pacto negociado con los Estados Unidos, por el cual Zelaya y las autoridades interinas habrían formado un gobierno de unidad. A mediados de noviembre, el Congreso Nacional decidió no votar sobre la reinstalación de Zelaya hasta después de las elecciones nacionales programadas para el 29 de noviembre. Zelaya permaneció en la embajada durante la votación, en la que su antiguo rival, Lobo, ganó la presidencia.

El 2 de diciembre de 2009, una abrumadora mayoría de miembros del Congreso Nacional votó en contra de la reinstalación de Zelaya para cumplir los dos meses restantes de su mandato. Zelaya salió de Honduras para exiliarse en República Dominicana el 27 de enero de 2010, día en que Lobo asumió la presidencia. En marzo de 2011, tres de las órdenes de arresto contra Zelaya fueron desestimadas por un juez de la Corte Suprema de Honduras, pero el ex presidente continuó enfrentando cargos de corrupción. En mayo de 2011, sin embargo, esos cargos también fueron retirados, ya que Zelaya y Lobo firmaron un acuerdo en Cartagena, Colombia, que sentó las bases para el regreso de Zelaya a Honduras y para la readmisión del país en la OEA. En julio, la Comisión de la Verdad y Reconciliación de Honduras establecida por la Organización de los Estados Americanos para investigar las circunstancias del derrocamiento de Zelaya determinó que su destitución del poder fue efectivamente un golpe ilegal y no una sucesión constitucional, como algunos habían argumentado. Al mismo tiempo, la comisión concluyó que la insistencia de Zelaya en la realización del referéndum que había sido cancelado por la Corte Suprema también era ilegal.