Nicolás de Cusa

Educado según  la tradición medieval, que combinaba la aspiración al universalismo con el localismo típico de la Edad Media, viajó de pueblo en pueblo. En estos viajes tuvo ocasión de retomar y profundizar las doctrinas filosóficas griegas y, en particular, precisamente, el platonismo. También jugó un papel  muy activo en la Iglesia que lo llevó a convertirse en cardenal en 1449.

Estudió Derecho en Heidelberg y Padua, en 1423 se graduó y se convirtió en Doctor en Filosofía, y más tarde también se doctoró en teología en Constanza. Participó en el  I° Concilio de Basilea en el que, para la ocasión, escribió el "De Concordantia cathólica" (1433). En  sus escritos sostenía la necesidad de la unidad de la Iglesia Católica y la concordancia de todas las confesiones cristianas.

El Papa Eugenio IV, como reconocimiento formal a su estima, lo puso al frente de la embajada de Constantinopla, en preparación para el Concilio de Florencia en 1439.

Fue en su camino de regreso de Grecia que Cusa comienza a desarrollar las ideas de su gran obra, "De docta ignorantia", hacia 1440. Él creía que el conocimiento humano se basaba en el conocimiento matemático. Para Cusa, el conocimiento se basaba en la homogeneidad entre conocidos y desconocidos como en las matemáticas: cuantas más verdades estaban cerca de lo que ya sabemos, más fácilmente las conocemos. Frente a lo que no es absolutamente homogéneo en lo que sabemos, no podemos más que proclamar nuestra ignorancia, que es, sin embargo una “docta ignorancia" porque somos conscientes de ello. Al hombre siempre se le escapará la verdad absoluta:sólo las verdades relativas pueden aumentar, pero no siempre coinciden con la absoluta.

La obra de Nicolás de Cusa es una gran síntesis del pensamiento medieval y, al mismo tiempo, una introducción a la filosofía de la edad moderna. Por lo tanto, en su pensamiento, el problema religioso se encuentra en el centro; su teología implica un enfoque totalmente nuevo para el problema del universo del hombre, sobre una base filosófica que luego fué desarrollado por pensadores como Giordano Bruno, Leonardo da Vinci y Copérnico.

La obra  de Cusa consistió en su mayor parte en tratados cortos de gran concentración especulativa. Al ya recordado "De docta ignorantia" se suman "De coniecturis" (1441); "Apologia doctae ignorantiae" (1449); "Idiota" (1450, que comprende tres escritos: "De Sapientia", "De mente", "De staticis experimentis"); "De Visione Dei" (1453); "De possesi" (1455); "De beryllo" (1458); "De ludo globi" (1460); "De non aliud" (1462); "De venatione Sapientiae" (1463); "De apice theoriae" (1464).

Nombrado cardenal en 1448 fue delegado pontificio en Alemania y obispo de Bressanone en 1450. Llamado a Roma por el papa Pío II en 1458, pasó allí  los últimos años de vida. Nicolás de Cusa murió en Todi, el 11 de agosto 1464.