Rafael María Baralt

Rafael María Baralt nació en Maracaibo, estado de Zulia, ubicado en Venezuela, el 3 de julio de 1810. Baralt llegó al mundo en pleno movimiento de independencia de Venezuela, que había sido colonia de España por más de 300 años.

Su padre fue el coronel venezolano Miguel Antonio Baralt y su madre Ana Francisca Pérez, natural de República Dominicana.

Era un tiempo de guerras, por lo que la familia se vio obligada a trasladarse a Santo Domingo, donde Rafael pasó casi toda su infancia.

Pasaron algunos años antes de su regreso a Maracaibo, ocurrido en 1821. En esta ciudad, Baralt sólo estuvo por cinco años ya que en 1827 viaja a la ciudad de Bogotá, en Colombia, acompañado de su tío paterno Luis Baralt, donde comienza sus estudios superiores.

Realizó sus estudios en la Universidad de Bogotá, estudiando latín, filosofía, consiguiendo el título de bachiller en 1830. Desde ese año, se hizo parte de la política de su país y también de la milicia que luchaban contra los reformistas en 1835.

Pronto, Rafael se convirtió en capitán de artillería y después, llegó a ser Ministro de Guerra, pero tenía una gran pasión por la escritura y además, se graduó como abogado, ingeniero y después se convirtió en historiador, filólogo, poeta, crítico literario, filósofo, diplomático y político venezolano.

Es el autor del primer diccionario de galicismos del español y también fue el primer latinoamericano en ocupar un sillón de Número en la Real Academia Española.

En 1840 viaja a la ciudad de París donde edita su Resumen de la Historia de Venezuela y Diccionario de Galicismos. Una años más tarde, abandona para siempre Venezuela, llegando en primer lugar a Londres para después instalarse en Sevilla y Madrid.

Continuó en España con su obra literaria, destacando la oda Adiós a la patria, que se considera una gran riqueza poética de su país.

Estando en España, se hace cargos de distintos cargos como Director de la Gaceta de la Corona y después, es Administrador de la Imprenta Nacional.

En Madrid se le siguió un juicio que duró varios años. Lamentablemente Baralt no resistió mucho tiempo y quedó muy abatido moralmente a pesar que se le reivindicó públicamente. Falleció el 4 de enero de 1860, antes de haber cumplido los 50 años de edad en la capital española.