Vicente Fernández

Vicente Fernandez nació el 17 de febrero de 1940, en Huentitán el Alto, Jalisco, México, y pasó los primeros años de su vida en el rancho de su padre Ramón en las afueras de Guadalajara. Su madre a menudo lo llevaba a ver las películas de Pedro Infante, el rey del bolero mexicano. Con los años, Fernández explicó el significado de estas películas: "Cuando tenía 6 o 7 años, iba a ver las películas de Pedro Infante, y le decía a mi madre: 'Cuando sea grande, seré como ellos'". A la edad de ocho años había tomado la guitarra y estaba practicando su canto al estilo de los cantantes rancheros que había escuchado en la radio.

En 1954, ganó un concurso de aficionados patrocinado por una estación de televisión de Guadalajara. Fue su primer salto en la actuación y comenzó a tocar en locales, en clubes y reuniones. Por esta época, sin embargo, su padre perdió el rancho y la familia se mudó a la ciudad de Tijuana. Fernández, que había abandonado la escuela en quinto grado, comenzó a tomar trabajos ocasionales en la ciudad, como conserje, lavaplatos, camarero, cualquier cosa que pudiera encontrar. Sin embargo, siempre mantuvo a sus aspiraciones musicales.

En 1960, se dedicó a la música a tiempo completo. Volvió a Guadalajara, donde actuó en las calles en busca de propinas mientras aparecía ocasionalmente en el programa de televisión La calandria musical. Después de un par de años, probó suerte en Ciudad de México, donde encontró trabajo cantando en un restaurante llamado El Amanacer Tapatio. Cuando no estaba trabajando, estaba audicionando para compañías de grabación, donde era constantemente rechazado.

El tiempo que Fernández pasó en Ciudad de México fue desalentador. En 1963 se casó con una antigua vecina, María "Cuca" de Refugio Abarca Villaseñor. Tuvieron cuatro hijos, el mayor de los cuales, Vicente, Jr., nació tres meses prematuro en 1963; la madre de Fernández murió una semana después del nacimiento de Vicente Jr.

En 1966, la tragedia creó una oportunidad para Fernández. En la primavera de ese año, murió Javier Solís, el cantante más popular de México. Para llenar el vacío, las compañías discográficas llamaron a Fernández. CBS México, ahora Sony Discos, que originalmente lo había despreciado, ahora le ofreció un contrato de grabación. Lanzó su primera grabación, "Perdoname", con la compañía en 1966.

La carrera de Fernández despegó en ese punto y no ha parado desde entonces. Se dedicó a la actuación con la película Uno y medio contra el mundo, lanzada en 1971. Su primera película exitosa, para la cual hizo la banda sonora, fue La ley del monte, lanzada en 1974. En el lapso de 20 años, Fernández actuó, cantó y trabajó detrás de escena en más de 40 películas. Dejó de actuar en 1991, sintiendo que era demasiado viejo para mantener la imagen adecuada para sus películas.

Fernández trabaja duro para su público y sus actuaciones son legendarias. Su orgullo por la tradición y la dedicación a sus fanáticos lo llevaron a actuar cuando muchos otros artistas lo habrían cancelado. Su padre murió en 1970, justo cuando él estaba a punto de subir al escenario. Abrumado por la trágica noticia pero decidido a no dejar ir a la multitud sin un espectáculo, subió al escenario y se presentó. En 1998 Fernández continuó su gira a pesar del secuestro de su hijo mayor. (Fue liberado cuatro meses después cuando se pagó el rescate).

Fernández ha grabado más de 50 álbumes en 35 años y asegura tener más de 300 canciones grabadas, lo que hace posibles otros 30 álbumes, incluso si se retira. Cuando graba un álbum, pasa de 12 a 13 horas en el estudio grabando hasta 18 canciones. Se toma un día libre y luego regresa para otra sesión maratónica, grabando otras 15 o más canciones. De esas grabaciones, él y su productor eligen 12. Su mayor éxito fue "Volver, volver", lanzado en 1976; su primer álbum de un millón de copias fue el de 1983.

En 1987 lanzó su primera gira fuera de Estados Unidos y México cuando viajó a Bolivia y Colombia. A finales de la década de 1980 Fernández había sido famoso por más de 20 años, sin embargo, nunca había ganado un gran premio. Su paciencia fue recompensada en 1990 cuando lanzó el álbum Vicente Fernández y las clásicas de José Alfredo Jiménez, un tributo al compositor más famoso de México, José Alfredo Jiménez. El álbum le valió el Premio de Música Latina de Billboard y de Univision al Artista masculino regional mexicano del año, que ganó otras cinco veces entre 1989 y 1993. Otros premios y reconocimientos siguieron, incluyendo una estrella en el Paseo de la fama de Hollywood. 

En 2002, Fernández fue reconocido por la Latin Recording Academy como Personaje del Año. El mismo año celebró su trigésimo quinto aniversario en la industria del entretenimiento, una carrera en la que vendió más de 43 millones de discos. Tiene 51 álbumes que figuran en el registro de la Asociación de la Industria de la Grabación de los Estados Unidos (RIAA) para los registros de venta de oro, platino y multiplatino. Con 35 años de experiencia en su haber, Fernández ha ayudado a mantener una tradición mexicana que bien puede desaparecer cuando él lo haga. Para alguien a quien le dijeron que sería mejor vender cacahuetes que cantar profesionalmente, Fernández ha tenido un tremendo impacto en la música de su tierra natal.