En una gira que viene de escándalo en escándalo,
Madonna llegó a Rusia y una vez más desató la polémica ya que no solo mostró su apoyo no solo a la comunidad gay, sino que también elogió a las Pussy Riot, una banda de chicas punk-rock que rodó un video en una Iglesia con una canción crítica contra el presidente Vladimir Putin.
Como consecuencia a estas acciones, un grupo de ortodoxos anunció que iba a quemar fotos de la Reina del Pop durante los recitales que la cantante dará en su país, el primero, que tuvo lugar el martes en la capital del país, y el otro que se llevará a cabo el jueves, en San Petesburgo, lugar donde además el mismo gobierno anunció que sancionará la “
propaganda homosexual”.
Vale agregar que, debido al estricto régimen del país el conjunto de las Pussy Riot fue demandado y sus integrantes fueron encarceladas. Además, la fiscalía del juicio pide tres años de prisión para las artistas. Mientras tanto, los abogados del grupo esperan que Madonna les exprese públicamente su solidaridad durante el concierto, sea con una camiseta o de viva voz: "
Quiere salir en defensa de Pussy Riot y eso es injerencia en los asuntos internos de nuestro Estado y presión sobre los tribunales", criticó el vocero de una de las organizaciones radicales ortodoxas a la prensa.
"
Es nuestro deber solicitar la prohibición de estos conciertos: esta cantante se burla abiertamente de nuestras leyes, de nuestras tradiciones, de nuestra cultura", añadieron.
Y como si esto fuera poco, un diputado oficialista local advirtió que si la diva hace declaraciones a favor de los homosexuales durante el concierto en San Petersburgo, tendrá que pagar una ínfima multa de hasta 5.000 rublos (170 dólares).