En la década de 1910, Joe Bohan es alistado para ir al frente en la Primera Guerra Mundial.
A consecuencia del estallido de una bomba cerca de él, se queda sin rostro, y, como consecuencia, perde el sentido de la vista y el del olfato, así como el habla.
Cuando es llevado a la enfermería, el equipo médico se da cuenta de que sus heridas son aún mucho más graves, y, pensando que no siente nada, deciden amputarle también las extremidades.
El caso es que Joe sí siente y padece. Es consciente de todo lo que está pasando, pero no puede comunicarse con nadie. Lo único que puede hacer es recordar su vida pasada, que le fue arrebatada en el momento en que le hicieron incorporar al frente. Sólo una enfermera le trata como a un ser humano, sospechando que sigue teniendo razón.
Pero Johny encontrará finalmente la manera de comunicarse, a través del lenguaje morse.
Se trata de una de las películas más duras de toda la historia del cine, un alegato antimilitar, antibelicista y en pro de la eutanasia.
|