Aníbal

A la edad de 26 años, Aníbal recibió el mando de un ejército e inmediatamente se dispuso a consolidar el control cartaginés de Iberia. Se casó con Imilce, una princesa ibérica, y conquistó o se alió con numerosas tribus ibéricas. Hizo del puerto de Qart Hadasht ("Nueva Ciudad", ahora Cartagena) su base de operaciones. En 219 aC, Aníbal atacó la ciudad de Saguntum (Sagunto, España), levantando la ira de Roma y comenzando la Segunda Guerra Púnica.

A fines de la primavera de 218 aC, Aníbal marchó a través de los Pirineos hacia la Galia (sur de Francia) con más de 100.000 soldados y casi 40 elefantes de guerra. Encontró poca resistencia de las fuerzas locales aliadas a Roma. El general romano Escipión el Africano intentó enfrentarse a él en el río Ródano, pero Aníbal ya lo había cruzado y se dirigía a los Alpes.

El cruce de los Alpes de Aníbal fue un notable logro militar. Además de un clima inclemente, su ejército enfrentó ataques guerrilleros de tribus indígenas que rodaban piedras pesadas a través de su camino. En el día 15 del cruce, a más de cinco meses de haber salido de Cartagena, Aníbal finalmente salió de los Alpes con sólo 20.000 infantes, 6.000 de caballería y 37 elefantes.

Durante los tres años siguientes, el ejército de Aníbal luchó por el control de la península itálica, contra las fuerzas de Escipión. Durante la mayor parte de este tiempo, Aníbal luchó con poca ayuda de Cartago, pero fue capaz de infligir fuertes bajas en el ejército romano, en las batallas de Trebbia, Trasimene y Cannae, pero a un alto costo en hombres y muchos de sus elefantes. Fue capaz de llegar a tres millas de la capital antes de que se produjera un estancamiento. Aníbal no tenía los números para empujar con éxito a Roma, y Escipión no tenía fuerzas superiores para derrotarlo.

Mientras tanto, Roma envió fuerzas a Iberia y al norte de África, atacando ciudades y pueblos cartagineses. En 203 a.C., Aníbal abandonó su campaña romana y viajó de nuevo para defender su país. En 202 a. C., los ejércitos de Aníbal y Escipión se encontraron en la batalla de Zama donde, a diferencia de los encuentros anteriores, los romanos tenían fuerzas superiores. Utilizaron trompetas para provocar la desbandada de los pocos elefantes restantes, que se movian en círculos alrededor de las tropas cartaginesas, pisoteándolas. El ejército de Aníbal estaba disperso y muchos de sus soldados fueron perseguidos y muertos por los romanos.

Los términos romanos para la paz fueron extremadamente duros contra los cartagineses, reduciendo gravemente su ejército y exigiendo grandes reparaciones. Después de ser elegido magistrado jefe, Aníbal pasó los siguientes años en la política cartaginesa. Durante este tiempo, instituyó elecciones para jueces militares y cambió los mandatos de por vida a dos años.

Sin embargo, los romanos eventualmente se preocuparon por el poder creciente de Aníbal y en 195 a.C. exigieron que se retirara del cargo. Aníbal se trasladó a Éfeso (Turquía) y se convirtió en asesor militar. En 190 a.C., fue puesto al mando de una flota del Imperio seléucida (griego) y participó en la guerra con el aliado de Roma, Pérgamo. El ejército de Aníbal fue derrotado, y huyó a Bitinia. Los romanos exigieron que se les entregara, pero Aníbal estaba decidido a no caer en manos enemigas y huyó. En aproximadamente 183 a. C., en Libyssa, cerca del Estrecho del Bósforo, Aníbal se quitó la vida al ingerir un frasco con veneno.