Anna Freud

Anna, la hija menor de Sigmund Freud, nació el 3 de diciembre 1895 en la ciudad e Viena. Muy devota de a su padre, disfrutó de una íntima asociación con él en el desarrollo de la teoría y práctica psicoanalítica. De joven enseñaba en la escuela primaria, y su observación diaria de los niños la atrajo hacia la psicología infantil. 

Mientras se desempeñaba como presidente de la Sociedad Psicoanalítica de Viena (1925-1928), publicó un artículo (1927) que describía su acercamiento al psicoanálisis infantil.

Su publicación Freud Das Ich und die Abwehrmechanismen (1936; El yo y los mecanismos de defensa, 1937) dieron un nuevo y fuerte impulso a la psicología del ego. El principal mecanismo de defensa humano, indicaba Anna en su estudio, es la represión, un proceso inconsciente que se desarrolla a medida que el niño pequeño aprende que algunos impulsos, de ceder ante ellos, podrían resultar peligrosos para ellos mismos. Otros mecanismos que se describen incluyen la proyección del propio sentimiento de uno a otro; dirigir impulsos agresivos contra uno mismo (siendo el suicidio el ejemplo extremo); identificación con un poderoso agresor; y el divorcio de las ideas de los sentimientos. El trabajo también fue un esfuerzo pionero en el desarrollo de la psicología del adolescente.

En 1938, Anna Freud y su padre, a quien había cuidado de una enfermedad terminal durante muchos años, se escaparon de la Austria dominada por los nazis y se instalaron en Londres, donde ella trabajó en una guardería de Hampstead hasta 1945. 

Durante la Segunda Guerra Mundial ella y su pareja estadounidense, Dorothy Burlingham, recopilaron su trabajo en Niños pequeños en tiempo de guerra (1942), Los bebés que no tienen familia (1943), y La guerra y los niños (1943).

Anna Freud fundó el Hampstead Child Therapy Course and Clinic en Londres, en 1947 y fue su directora de 1952 a 1982. Ella consideraba el juego como la adaptación del niño a la realidad, pero no necesariamente como una revelación de conflictos inconscientes. Trabajó en estrecha colaboración con los padres y creía que el análisis debe tener una influencia educativa en el niño. Un resumen de su pensamiento se encuentra en su obra Normality and Pathology in Childhood (1968).

Anna falleció en Londres el 9 de octubre de 1982.