Antônio Carlos Jobim

"Tom" Jobim, como se le conocía popularmente, comenzó a tocar el piano cuando tenía 14 años, en un instrumento que su padrastro le dio a su hermana. Rápidamente mostró una aptitud para la música, y su padrastro lo envió con una serie de músicos altamente capacitados y clásicos para que tomara lecciones. Durante el curso de sus estudios, se inspiró particularmente en la música del compositor brasileño Heitor Villa-Lobos (1887-1959), cuyas clásicas obras occidentales empleaban regularmente materiales melódicos y rítmicos brasileños. Cuando llegó el momento de elegir una carrera, Jobim inicialmente no mostró interés en estudiar música, optando por convertirse en arquitecto. Sin embargo, pronto se desencantó con la elección y abandonó la carrera para dedicarse por completo a la música.

Posteriormente actuó en clubes de Río de Janeiro, transcribió canciones para compositores que no podían escribir música y arregló música para varios artistas antes de convertirse en director musical de Odeon Records, una de las compañías discográficas más grandes de Brasil. 

En 1958 comenzó a colaborar con el cantante y guitarrista João Gilberto, cuya grabación de la canción de Jobim "Chega de Saudade" (1958) es ampliamente reconocida como el primer sencillo de bossa nova. Aunque la canción en sí tuvo una fría recepción, el álbum de bossa nova que lleva su nombre, Chega de Saudade (1959), tomó por asalto a Brasil al año siguiente. También en 1959, Jobim y el compositor Luís Bonfá se hicieron populares por su colaboración con el letrista Vinícius de Moraes en la psrtitura de Orfeu Negro (Orfeo Negro), que ganó un premio de la Academia a la mejor película extranjera. A principios de la década de 1960, la música de Jobim se estaba reproduciendo en todo el mundo.

Jobim mantuvo un segundo hogar en los Estados Unidos, donde la fusión de bossa nova del discreto ritmo de la samba (percusión silenciosa y guitarras no amplificadas que tocan ritmos sutilmente complejos) con un canto suave, melodioso y sofisticado del jazz encontraron un nicho perdurable en la música popular. En 1962 se presentó en el Carnegie Hall con sus principales intérpretes de jazz, el saxofonista tenor Stan Getz y el guitarrista Charlie Byrd. 

Jobim colaboró en muchos álbumes, como Getz / Gilberto (1963) y Frank Sinatra y Antonio Carlos Jobim. También grabó álbumes en solitario, especialmente Jobim (1972) y A Certain Mr. Jobim (1965), y compuso obras clásicas y partituras para películas. De las más de 400 canciones que Jobim produjo en el transcurso de su carrera musical, "Samba de uma nota só", "Desafinado", "Meditação", "Corcovado", "Garota de Ipanema", "Wave" y "Dindi" han sido particularmente populares.