David Daniel Kominski nació el
18 de enero de 1913 en la ciudad de Nueva York. Considerado el maestro de la comedia física,cambió su nombre por el de
Danny Kaye y en 1926 decidió dejar los estudios para dar inicio a una carrera artística en los clubes y cabarets de la zona de Nueva York.
Antes de cumplir 14 años era un cómico ambulante que se hizo conocido en la población de Catskills. Casi diez años después debuta en Broadway en la obra
“Straw Hat Revue” y sólo un año después lograría la fama en
Lady in the dark. Este gran salto hizo que el joven actor pueda comenzar su carrera en el cine.
En la gran pantalla Danny debuta con la película que se rodó en 1944 llamada
Rumbo a Oriente que fue dirigida por
Elliott Nugent. El productor del film fue
Samuel Golwyn, quien se quedó admirado del talento cómico del actor y se convirtió en productor de sus principales trabajos.
En 1940 contrajo matrimonio con
Sylvia Fine, una compositora que lo apoyó mucho en su vida sentimental y laboral. Fue consejera de sus interpretaciones, compuso canciones para sus películas y le ayudó a escribir parte de los gags. Con Sylvia tuvo una hija a la que llamaron Dena.
Dedicado de lleno a las comedias musicales, destaca de la década de los cuarenta Un hombre fenomeno de H. Bruce Humberstone,
El asombro de Brooklyn que se rodó en 1946 un remake plano por plano y la película La Vía Láctea.
De 1947 es recordada
La vida secreta de Walter Mitty y un año después grabó
Nace una canción, y
El inspector general. Todas las producciones contaban con la actuación de
Virginia Mayo como actriz femenina.
Pero Kaye nunca fue un actor demasiado prolífico y para los años cincuenta su carrera artística había descendido. En esos años apareció en En la costa azul y después en
El fabuloso Andersen con
Gene Tierney. Pero la mejor película de esos años fue
El bufón de la corte grabada en 1956.
Pero como un honor y tributo a sus muchos años de carrera como actor, la Academia de Cine de Estados Unidos, decidió otorgarle un premio Oscar.
De pronto el público ya no era tan asiduo al trabajo del actor, por lo que vio mejor dejar el cine y dedicarse a trabajar para la televisión en su propio programa
“The Danny Kaye Show” que fue muy exitoso en la década de los sesenta.
Años más tarde colaboró con la UNICEF lo que le dio el premio
Jean Hersholt en 1981, y solo seis años después, el
3 de marzo de 1987 falleció en la ciudad de Los Ángeles a la edad de 74 años.