Franz Halder

Franz Halder es uno de los militares alemanes más particulares de la historia, sin lugar a dudas siendo muy destacado sobre todo durante la Segunda Guerra Mundial, cuando alcanzó el cargo de Coronel General y de la cual participó muy activamente en el campo de batalla, además pasando a la historia como uno de los grandes estrategas que ha dado la humanidad.

Franz Halder nació el 30 de junio de 1884 en lo que bien podríamos llamar como el seno de una tradicional familia Bávara, de raíces militares, siendo su propio padre un reconocido general, por lo que el destino de este militar estaba marcada por su linaje, siendo consecuente con esta responsabilidad se alistó en el 3° Regimiento real Bávaro de Artillería en donde en 1904 alcanzó el título de teniente.

Inmediatamente después fue trasladado a Múnich, en donde asistió la Escuela de Artillería de esa ciudad y en donde participó de todas las actividades de formación desde 1906 hasta 1907, para después pasar hasta 1912 al Colegio de Oficiales en Baviera, en donde se le fue otorgado el grado de Teniente Primero el último año.

Cuando comenzó la Primera Guerra Mundial, estuvo a cargó del armamento y material en el III Cuerpo Bávaro de Infantería, en el año de 1915 fue ascendido a capital cuando ya era parte del Estado Mayor de la 6° División Bávara, para los años siguientes servir dentro de los ejércitos II y IV, para después ser parte de la División de Caballería Bávara, así como también del Cuartel General del Comandante en Jefe del frente oriental, y del Grupo de Ejércitos Príncipe Rodolfo de Baviera.

En el periodo de la post guerra y a cargo del entrenamiento de la Reichswehr fue ascendido a Mayor en 1923, para desde ese momento y hasta 1929 mantener el cargo de Director General del Entrenamiento de Oficiales de Múnich.

Su carrera siguió en ascenso, y logró escalar varias posiciones en el periodo histórico que se conoce como La República de Weimar, fue tan rápido su ascenso que cuando comenzó la Segunda Guerra Mundial este militar ya era Mayor General y estaba al comando de la 7° División de Infantería.

El cargo más importante que ocupó en su carrera fue el de Jefe del Estado Mayor del Alto Mando del Ejército en el año de 1938,  siendo el primer bávaro, además del primer católico que ocupara este cargo, ya que tradicionalmente en esta oposición solo se escogían oficiales prusianos y protestantes.

La lealtad de Halder no estaba con Adolf Hitler, por lo que muy rápidamente se involucró con oficiales que estaban dentro de los círculos conspiratorios con los que tuvo que lidiar el führer, siendo parte de lo que bien podría considerarse como el primer intentó formal de golpe de Estado contra Hiltlet, conocido como la Conspiración de Zossen, la consistía en desobedecer cuando se diera la orden de atacar Alemania, la razón era simple, Halder consideraba que no estaban preparados para una guerra europea.

La idea de Halder era que Hitler fuera arrestado al regresar del congreso anual Nazi que se llevaba a cabo en la ciudad de Núremberg,  pero hubo un problema de comunicación así como también un serio problema en cuanto al itinerario del máximo líder nazi.

Durante la guerra Halder tomó varias iniciativas para derrocar a Hitler pero nunca pudieron ser concretadas, por lo que después de un tiempo desistió de sus conspiraciones, pasando a ser un oficial destacado en la invasión de Francia y Noruega.

Cuando terminó la guerra pasó solo dos años como prisionero de los aliados, para después colaborar con el Ejército de los Estados Unidos como historiador militar, en donde escribió varios ensayos sobre la Segunda Guerra Mundial. Sus últimos días los pasó en  Baviera, hasta su muerte en 1972.