Hans-Joachim Marseille

Hans-Joachim Marseille nació en Alemania el 13 de diciembre de 1919 y pasó a la historia por ser uno de los pilotos más reconocidos durante la Segunda Guerra Mundial, siendo temido por propios y extraños como unos de los mejores pilotos de caza que dio la Luftwaffe.

De niño sufrió un grave caso de gripe, por lo que no jamás logró conseguir jamás una condición atlética, aun así su sueño era prestar servicio en el ejército alemán, aunque estuvo muy cerca de no conseguirlo ya que por la enfermedad que sufrió de niño, estuvo muy cerca de morir, aunque seguir los pasos de su padre era más importante que cualquier otra cosa.

Su inicios dentro de los ejércitos alemanes fueron dentro del Servicio del trabajo del Reich, del cual incluso recibió un buen informe respecto a su condición física, pero en aquel momento solo era un cadete, aunque después de unos pocos años fue trasladado en 1939 a la escuela de vuelo Luftkriegsschule.

Su pasó por la escuela no fue para nada honroso, por el contrario fue varias veces sancionado por no respetar ordenes de sus superiores, por lo que inicialmente no se ganó la consideración de sus superiores, lo cual incluso lo llevó a graduarse después de sus compañeros y no como oficial sino como alférez.

A mediados de 1940 fue llevado  a la Escuela para pilotos de caza n°5, en donde si consiguió todo el reconocimiento académico del caso, y en donde aprovechó la presencia del as de la Primera Guerra Mundial Eduard Ritter von Schleich, quien estaba a cargo de la formación de nuevos pilotos. La madurez adquirida y la presencia de ese héroe de guerra favorecieron a que Marseille se graduara con honores de la escuela.

El 18 de julio de 1940 ingresó a la fuerza auxiliar de cazas, la cual estaba siendo en misiones en la Defensa del Reich, por lo que las primeras tareas de combate cumplidas por este piloto fueron en la zona industrial de Leuna.

Después de esa primera prueba participó de los combates contra Inglaterra, en donde sus superiores no dejaban de elogiar su valentía, realizando su primer vuelo en las islas para el 24 de agosto de 1940, logrando en esa ocasión derribar a un experimentado piloto inglés, quien falleció pasando a la historia como la primera victoria aérea de Marseille.

Su paso habría sido célebre por esta fuerza, pero nuevamente su indisciplina le jugó en contra, teniendo en cuenta que sus superiores lo denunciaron por insubordinación y más allá de reconocer su potencial, su estilo de vida, su fama de mujeriego y su petulancia fueron factores que le jugaron en contra fuertemente.

Todos estos problemas de conducta lo llevaron a pasar a otra división, la cual estaba presidida por Eduard Neumann, quien inmediatamente vio el potencial, declarando en una entrevista a una revista de la época: “Marseille sólo puede ser una de dos cosas, o es un indisciplinado o es un gran piloto de caza”.

Con su nueva división pasó un breve periodo de tiempo en la invasión de Yugoslavia, para después ser trasladado junto con su unidad a África, en donde tuvo un gran éxito en todas las misiones que cumplió desde su llegada, teniendo en cuenta que conseguía derribos en cada una de las misiones que cumplía.

El éxito militar de este piloto lo llevó a muy rápidamente ascender jerarquías militares desde su llegada a África, en donde además logró desarrollar tácticas de ataque y defensa que hicieron que muchas  vidas de su ejército se salvaron, pero también a sumar derribos como pocos pilotos en la historia, una de las anécdotas que pasaron a la historia fue cuando se enfrentó a 16 aviones en soledad y derribó a 6 en solo seis minutos.

El 30 de septiembre volando un Bf 109G-2/Trop tuvo serios problemas con su avión, ya que la cabina comenzó a llenarse humo, por lo que ciego y con muy poco oxigeno fue llevado por otros pilotos hasta territorio amigo. Cuando supo que estaba en territorio amigo consideró que era imposible que su avión pudiera seguir volando, y fue cuando pronunció sus últimas palabras. “Tengo que saltar ahora, no puedo aguantar más”.

La maniobra de escape del avión la realizó mal, probablemente por el grado de desorientación que tenía, por lo que al saltar se golpeo contra la parte izquierda del estabilizador de su avión, se supone que ese golpe lo mató inmediatamente, pero dicen los médicos que llegaron, que el estado del cuerpo era deplorable, con un fuerte impacto en el cráneo por el golpe final, aunque se supone que para ese momento ya estaba muerto.