Jacques Cartier

Jacques Cartier nació en Saint-Malo, Francia el 31 de diciembre de 1491, exploró las Américas, particularmente Brasil, antes de realizar tres grandes viajes por América del Norte. En 1534, el rey Francisco I de Francia envió a Cartier -probablemente debido a sus anteriores expediciones- a un nuevo viaje a la costa oriental de América del Norte, que luego llamaron las "tierras del norte". En un viaje que lo añadiría a la lista de exploradores famosos, Cartier buscaría oro y otras riquezas, especias y una ruta hacia Asia.

Zarpó el 20 de abril de 1534, con dos barcos y 61 hombres, llegando 20 días después. Exploró la costa oeste de Terranova, descubrió la Isla Príncipe Eduardo y navegó a través del Golfo de San Lorenzo, pasando la isla de Anticosti.

Al regresar a Francia, el rey Francisco quedó impresionado con el informe de Cartier sobre lo que había visto, así que envió al explorador al año siguiente, en mayo, con tres barcos y 110 hombres. Dos indios que Cartier había capturado anteriormente habían servido ahora como guías, y él y sus hombres navegaron por el San Lorenzo, hasta Quebec, y establecieron una base.

En septiembre, Cartier navegó río abajo hasta lo que se convertiría en Montreal y fue recibido por los iroqueses que controlaban la zona, al enterarse de que había otros ríos que se dirigían hacia el oeste, donde se encontraban oro, plata, cobre y especias. Sin embargo, antes de que pudieran continuar, el duro invierno los alcanzó, los rápidos hicieron el río infranqueable, y Cartier y sus hombres lograron enojar a los iroqueses.

Así que esperó hasta la primavera, cuando el río estuviera libre de hielo, y capturó a algunos de los jefes iroqueses antes de volver a Francia. Debido a su apresurada huída, Cartier sólo pudo informar al rey de que las riquezas incalculables estaban más al oeste y que un gran río, que se dice que tenía unos 2.000 kilómetros de largo, posiblemente llevaba a Asia.

En mayo de 1541, Cartier partió en su tercer viaje con cinco naves. Ya había abandonado la idea de encontrar un pasaje al Oriente, y fue enviado para establecer un asentamiento permanente en nombre de Francia, a lo largo del río San Lorenzo. Esta vez, un grupo de colonos lo seguirían unos meses después.

Cartier estableció el campamento otra vez cerca de Quebec, y encontraron una abundancia de lo que pensaron eran oro y diamantes. En la primavera, sin esperar la llegada de los colonos, Cartier abandonó la base y navegó hacia Francia. En el camino, se detuvo en Terranova, donde se encontró con los colonos, cuyo líder ordenó a Cartier volver a Quebec. Éste, sin embargo, tenía otros planes; en lugar de dirigirse a Quebec, se escabulló durante la noche y regresó a Francia.

Allí, su "oro" y "diamantes" demostraron ser inservibles, y los colonos abandonaron los planes para fundar un asentamiento, volviendo a Francia después de experimentar su primer amargo invierno. Después de estos contratiempos, Francia no mostró ningún interés en estas nuevas tierras durante medio siglo, y la carrera de Cartier como explorador financiado por el Estado llegó a su fin. Aunque se le atribuye la exploración de la región de San Lorenzo, su reputación se vio empañada por sus tratos con los iroqueses y el abandono de los colonos, mientras huía del Nuevo Mundo.