Juan Benet

La infancia de Benet se vio dramáticamente afectada por el estallido de la Guerra Civil española en 1936. Su padre fue asesinado al principio del conflicto. Su familia dejó Madrid y se estableció durante la guerra en San Sebastián, donde Benet comenzó su educación. Después del final de la guerra, regresó con su familia a Madrid, donde continuó sus estudios y en 1948 se matriculó en la Escuela de Ingeniería Civil de la Universidad de Madrid.

Benet fue una de esas personas extraordinarias que cultivó con éxito sus talentos en dos actividades a menudo conflictivas: el rigor científico de la ingeniería moderna y las exigencias estéticas de la escritura creativa. Era un ávido lector en su juventud y llegó a conocer íntimamente a novelistas maestros como Stendhal, Gustave Flaubert, Fyodor Dostoevski y Miguel de Cervantes. A los veinte años, era un participante habitual en las tertulias literarias del novelista Pio Baroja, uno de los pocos escritores españoles modernos que Benet admiraba. Sin embargo, no descubrió a su verdadero mentor literario (y su deseo de ser escritor), hasta 1947, cuando en una librería en Madrid se topó con el trabajo de William Faulkner. La influencia de Faulkner en Benet fue decisiva, y gran parte de su complejidad estilística, así como su visión trágica del tiempo y la historia, tiene sus raíces en el mítico Condado de Yoknapatawpha de Faulkner y el decadente Sur Americano que Faulkner creó meticulosamente.

Benet se graduó de la Escuela de Ingeniería de Madrid en 1954 y se desempeñó como ingeniero civil y contratista en toda la Península Ibérica. Sin embargo, gran parte de su trabajo inicial se centró en las provincias del noroeste de León y Asturias, donde construyó caminos y represas para el gobierno español. Aislado en las montañas durante largos períodos de tiempo, con solo su equipo de trabajo como compañía, Benet leyó filosofía clásica y escribió fragmentos de ficción que luego aparecerán en sus novelas. En 1963, mientras supervisaba la construcción de una presa en el río Porma, comenzó a revisar un manuscrito titulado "El guarda", que cuatro años más tarde se convertiría en su primera novela publicada, Regreso a la región. Durante la siguiente década, Benet equilibró con éxito su carrera como ingeniero con su nueva fama como novelista. Su estatura como autor continuó creciendo no solo en España sino también en otras partes de Europa y América.

En la última parte de su vida, dedicó casi todo su tiempo a escribir, aunque insistió en 1967, poco después de la publicación de Regreso a la región, que era escritor solo por pasatiempo. Por lo tanto, el pasado de ingeniería de Benet debe ser visto como crucial para su desarrollo como novelista. Su trabajo en áreas remotas de España no solo le dio tiempo para pensar y escribir, sino que también le presentó el ambiente físico y psicológico para su mítica Región, el escenario ficticio para casi toda su larga ficción y microcosmos de la España de la posguerra.

Falleció el 5 de enero de 1993, en Madrid, España.