Philipp Jakob Spener

Spener nació en Rappoltsweiler, Alsacia, el 13 de enero de 1635. Creció en una casa luterana en la que la atmósfera religiosa estaba fuertemente influenciada por la obra Johann Arndt Cristianismo auténtico, la guía devocional más ampliamente elegida por del luteranismo del siglo XVII. Así, Spener estuvo naturalmente predispuesto hacia la piedad arndtiana. Siendo un lector insaciable, incluso a una edad temprana, muy pronto se familiarizó con las obras puritanas que habían sido traducidas al alemán, así como con las que surgían del partido reformista del luteranismo, cuyo objetivo declarado era fomentar la devoción religiosa y la sensibilidad ética dentro de las iglesias luteranas.

Después de haber completado los estudios preliminares necesarios, en 1651 Spener se matriculó en la Universidad de Estrasburgo. Su vida estudiantil manifestó lo que se consideraba, según los estándares prevalecientes en la actualidad, una tendencia inusualmente ascética, en la medida en que se abstenía de beber en exceso, de las juergas y en general del comportamiento grosero. La influencia intelectual dominante sobre él durante sus días universitarios fue ejercida por su profesor de teología, Johann Konrad Dannhauer, quien, entre otras cosas, profundizó un interés que Spener mantendría toda la vida, en las enseñanzas de Martin Lutero. 

Al finalizar sus estudios, Spener pasó algunos años viajando. Que lo haya hecho en gran medida en los territorios reformados parece decir algo sobre su aprecio por la piedad encontrada en varios círculos reformados. Durante su itinerario visitó Basilea, donde estudió hebreo con Johann Buxtorf. En Ginebra, el ardiente representante francés del pietismo reformado, Jean de Labadie, impresionó tanto a Spener que en 1667 publicó una traducción de uno de los tratados edificatorios de Labadie. Durante una visita prolongada a Tubinga, puso en marcha varios impulsos hacia el desarrollo del pietismo de Suabia. A su regreso a Estrasburgo (1663) trabajó para su doctorado, enseñó y predicó, y se casó con Susanne Ehrhardt. Tuvieron once hijos.

Spener fue llamado a una serie de pastorados, comenzando con su nombramiento en 1666 para el cargo de pastor principal en Frankfurt am Main, donde su énfasis en la catequización de los niños y en la confirmación comenzó a producir reacciones críticas. También lo hizo su introducción de reuniones privadas entre los laicos con el propósito de promover una vida de piedad personal. Aquí, también comenzó su correspondencia con personas altamente posicionadas, lo que gradualmente ayudó a convertirlo en el pastor más influyente en Alemania durante su tiempo. Luego, cansado de las controversias que sus actividades y escritos habían provocado, Spener aceptó un llamado a Dresden, en Sajonia, donde en 1686 se convirtió en capellán del Elector Johann Georg III. Sin embargo, la falta de simpatía del elector por las preocupaciones de Spener lo llevó a mudarse a Berlín en 1691. 

Como rector de la Iglesia de San Nicolás, miembro del consistorio luterano e inspector de iglesias, ahora estaba en el cenit de su efectividad. Gozando de la confianza de la casa gobernante de Prusia y de un gran segmento de la nobleza alemana, jugó un papel decisivo en el nombramiento de pastores con inclinaciones pietistas en muchos pastorados en toda Alemania. Spener murió el 5 de febrero de 1705, después de haber expresado el deseo de ser enterrado en un ataúd blanco, un símbolo de su esperanza de que la iglesia en la tierra podría esperar mejores tiempos.

Escritor prolífico, Spener publicó muchos cientos de cartas; sermones tratados edificatorios y catequéticos; trabajó en genealogía, historia y heráldica; y escritos de naturaleza polémica. La más famosa de sus obras literarias fue Pia desideria, que apareció como prefacio al Postil de Arndt en 1675 y luego se publicó por separado en varias ocasiones. En ella propuso su programa para la reforma moral y espiritual de las personas, la iglesia y la sociedad, que siguió durante toda su vida.

El énfasis principal de las obras de Spener es típico del pietismo, a saber, el estado perdido de la humanidad natural, la necesidad de su renovación religiosa, la posibilidad de su experiencia consciente de la presencia regeneradora y sustentadora de Dios, la conveniencia de un alimento espiritual continuo a través de la adoración y la literatura apropiada, la vida santa expresada en el amor a Dios y a los humanos, la necesidad de comunión religiosa de personas de ideas afines y la esperanza de poder reformar la iglesia con el propósito de remodelar un mundo pecaminoso.