Dr. Atl

Nacido como Gerardo Murillo Cornado el 3 de octubre de 1875 en Guadalajara, Dr. Alt fue un pintor, escritor y una de las principales figuras de la revolución del arte mexicano que promovió a otros influyentes artistas, como Diego Rivera. Cambió su nombre a Dr. Atl (que significa “Doctor Agua” en náhuatl) en 1902 para reforzar su identidad mexicana y como un repudio a su herencia española. 

Estudió arte en la Academia de San Carlos en la Ciudad de México de 1890 a 1896. Luego de recibir una beca de Mex $ 1.000 en 1899 del presidente José Porfirio Díaz, el Dr. Atl viajó a Europa y durante su estadía ganó una medalla de plata del Salón de París por un autorretrato. 

Al crecer en México, estuvo principalmente rodeado de arte religioso, pero su trabajo mostró la influencia de varios movimientos artísticos europeos cuando regresó a México en 1903. Atl pintó en 1910 el primer mural moderno en México con la chispa de la revolución. Contenía escenas de desnudos femeninos, y usó su propio medio inventado, los colores Atl, compuestos de cera, resina y pigmento. 

Se involucró en política, apoyando a Venustiano Carranza durante la revolución. Cuando el nuevo presidente Carranza fue elegido, Atl fue nombrado director de la Academia de Bellas Artes, que luego cerró. En 1916 fundó la revista radical Acción Mundiale con la contribución de artistas mexicanos como David Alfaro Siquieros (1896-1974) y José Clemente Orozco (1883-1949). Fue nombrado jefe del Departamento de Monumentos Arqueológicos de México en 1923 y director del Departamento de Bellas Artes en 1930.

Aunque comenzó su carrera artística con el trabajo figurativo, prosperó con sus pinturas de paisajes. Pasó tiempo caminando por lugares como Popocatépetl e Iztazzihuatl, haciendo bocetos de valles y montañas. En estas y otras obras, Atl combinó la pintura de paisaje tradicional con experimentos contemporáneos con distorsión de líneas y formas para crear una forma de expresión nacionalista única. Durante la erupción del volcán Parutín en 1943, Atl pasó un año pintando y escribiendo en sus laderas. 

Hacia el final de su vida, Atl continuó siendo un activista en la provisión de un entorno intelectual y artístico para México.