Isabel Josefina Calduch Rovira fue una monja clarisa capuchina nacida en Cuevas de Vinromá en Castellón, España el
9 de mayo de 1882. Sus padres fueron Francisco Calduch Roures y Amparo Rovira Martí, fue la última hija de un matrimonio muy religioso y desde que era muy joven se dedicó a practicar la caridad.
Cuando era aún muy joven se enamoró y mantuvo un romance con un muchacho de su pueblo. Pero antes de formalizar su compromiso, cambió de idea y decidió convertirse en religiosa.
Fue en el año 1900 cuando Josefina ingresa al convento de Clarisas Capuchinas de Castellón de la Plana, donde por algunos años, profesó con el nombre de
Sor Isabel y desde el 30 de mayo de 1904, adquirió el nombre de forma perpetua.
Posteriormente, se dedicó en el convento a ser maestra de novicias, cargo que asumió por espacio de 3 años. Lamentablemente la
Guerra Civil obligó a cerrar el monasterio y tuvo que volver a su pueblo, donde también vivía uno de sus hermanos, Manuel, que se había convertido en sacerdote.
En plena Guerra, Isabel fue arrestada junto al padre
franciscano Manuel Geli por un grupo de milicianos, el
13 de abril de 1937, fueron transportados al comité local de las Cuevas de Vinromá donde la mañana siguiente fue fusilada. La enterraron en el cementerio de la localidad y días después, su hermano también fue asesinado.
El Papa
Juan Pablo II la beatificó en Roma el
11 de marzo de 2001, al igual que a otros 232 mártires que al igual que ella, fueron asesinados durante la guerra.
En octubre de 2011, se fusionó el convento de las Clarisas Capuchinas de Castellón con el que tiene la misma orden Barbastro. El osario de Isabel estaba en aquel convento y se trasladaron sus restos a la nueva residencia. Todo este movimiento causó cierto malestar, sorpresa y hasta quejas por parte del Obispado de Segorbe-Castellón y de las cofradías y fieles de la ciudad.
Hasta hoy, la fiesta de Sor Isabel, se celebra el 22 de septiembre.