Marcel Lefebvre

Lefebvre estudió en el Colegio del Sagrado Corazón en Tourcoing y en el Seminario Francés de Roma y fue ordenado sacerdote en 1929. Después de una breve asignación en Lille, Francia, trabajó en puestos de misioneros en Gabón (1932-46) y Senegal (1947). 

En 1948, como miembro de la comisión preparatoria (1960-62) para el Concilio Vaticano II, ayudó a enmarcar propuestas tradicionalistas que los obispos convocantes rechazaron en las sesiones subsiguientes del consejo. Los obispos reemplazaron sus propuestas por reformas más liberales, tales como decir misa en lengua vernácula en vez de latín, reconciliar el catolicismo romano con otras religiones y promover la colegialidad del papa y los obispos en el liderazgo de la iglesia. Lefebvre denigró tales reformas como "heréticas", "anti-Cristo" y "satánicas".

De 1962 a 1968 Lefebvre fue superior general de los Padres del Espíritu Santo. En 1969 fundó la Confraternidad Sacerdotal de San Pío X en Friburgo, Suiza. (El homónimo, Papa Pío X, había sido un conservador acérrimo), y en 1970 estableció el seminario de la sociedad en Ecône, una villa cerca de Riddes en el cantón de Valais, Switz, para entrenar a sacerdotes según su modelo tradicionalista. 

Pronto el Vaticano y Lefebvre iban a intercambiar críticas vigorosas, y en 1975 el Vaticano retiró la aprobación de la orden. En 1976, el Papa Pablo VI suspendió a Lefebvre, prohibiéndole llevar a cabo funciones sacerdotales y episcopales. Lefebvre no sólo desafió a Roma en continuar su sacerdocio, sino que estableció sedes regionales en varios países basadas en su variante del catolicismo romano. Varios esfuerzos de negociación para evitar un cisma fracasaron; y el 30 de junio de 1988, al consagrar a cuatro obispos tradicionalistas en Ecône, desafiando las órdenes del papa Juan Pablo II, Lefebvre fue excomulgado. Su grupo, contando entonces más de 60.000 seguidores, fue considerado cismático.

Marcel Lefebvre falleció el 25 de marzo de 1991, durante la Semana Santa. Sus restos fueron inhumados en el Seminario de Écône; en su lápida puede leerse la frase que él mismo redactó: Tradidi quod et accepi ("he transmitido lo que recibí").