Los secretos de Kate Middleton en una biografía

Kate Middleton, de 34 años, se casó con el Príncipe William, de su misma edad, en 2011. Tienen dos hijos: George de 3, y Charlotte de 1. Se dice que está embarazada de nuevo, pero no hay confirmación. Hija de una ex azafata y un controlador de vuelo, conoció al futuro rey de Inglaterra en la universidad.

Todo mérito de su madre Carole que, desde que nació, calculó cada movimiento para conseguir que llegara al trono, según el libro "Kate", de Deborah Ameri y Annalisa Villa, que revela muchos otros secretos.

De adolescente era "alta, flaquísima, tímida". Le encantaba el hockey y el tenis. "No perdió su virginidad en la escuela, a lo sumo dio un par de besos", dicen sus amigos. Sin embargo, con otra estudiante, acostumbraba mostrar su trasero desde una ventana del dormitorio. Los estudiantes varones tenían que adivinar a quién pertenecía. Esa extraña manía le valió el apodo Middlebum.

En el último año de la escuela secundaria estaba con el estudiante más popular en la escuela, Harry Blakelock. Sus compañeras la envidiaban, pero la historia terminó cuando Harry se tomó un "año sabático", un descanso de los estudios. Aconsejada por su madre, Kate se inscribió en la Universidad de St. Andrews, donde conoció a William. Dos semanas después del inicio del curso, la invitó a desayunar. Así comenzó la amistad. 

En 2002 desfiló en lingerie en un evento de caridad. "Wow, Kate es hot!", dijo el príncipe. Su refugio favorito? Un bungalow en las Seychelles. En 2007, William la dejó. Intervino nuevamente Carole: "Muéstrale lo que se pierde". Kate se lanzó a las noches londinenses con su hermana Pippa, armadas con micro-vestidos. Las llamaban las "hermanas Wisteria". William resistió un mes y medio. 

A Camilla Parker Bowles no le resultaba simpática: "Esa morena que se menea detrás de Will es muy astuta". Antes de la boda, la invitó a comer en Londres, pero fue un encuentro demasiado espectacular para parecer sincero. Isabel II, sin embargo, siempre ha sido muy considerada con Kate. Gracias también a un frasco de mermelada que la joven le regaló durante la primera Navidad en Sandringham.