El pasado sábado tuvo lugar la boda entre el
Príncipe Harry y la actriz
Meghan Markle que dieron el sí en la capilla St. Georgemientras las calles de Windsor se abarrotaban de gente que quería presenciar el histórico momento.
De esta forma, el hijo menor de
Lady Di fue nombrado por la Reina
Isabel II con el título de Duque de Sussex, conde de Dumbarton y barón de Kilkeel, títulos nobiliarios inglés, escocés y norirlandés respectivamente, que por supuesto, también aplican a su flamante esposa.
Luego de la ceremonia y tal como manda la tradición, la pareja realizó un recorrido de tres kilómetros en carroza, con el que saludaron a todos los asistentes y luego del cual comenzó la fiesta que dio la reina para 600 invitados en el castillo de Windsor, y posteriormente la íntima recepción para 200 personas que tuvo lugar en la mansión Frogmore, que dio el
Príncipe Carlos en honor a los novios.
Vale destacar que todo el Reino Unido estuvo de festejo el pasado sábado, y prueba de ello fue la concesión del palacio por la que todos los pubs tuvieron permiso para cerrar más tarde que lo habitual.